Si eres un viajero que vaga por la ciudad de México o un capitalino en busca de los recovecos mágicos de su propia ciudad, sin duda alguna uno de los lugares obligados en el itinerario de viaje será La Merced.
Enclavado en el Centro Histórico de la ciudad, este barrio popular con más de 400 años de historia ha sido desde la época prehispánica el espacio de intercambio comercial por excelencia.
Hoy en día en esta área se concentran más mercados que en ningún otro lugar del mundo, entre los que destaca el mercado de La Merced, considerado el más grande de Latinoamérica. Ahí se pueden comprar alimentos, dulces típicos de todas las regiones de México, artículos para el hogar y hasta productos para actividades místicas como la brujería y la santería, todo a un bajo costo.
Además de los mercados, en La Merced se encuentran miles de puestos en la vía pública y comercios tradicionales que ofrecen una amplia diversidad de productos. Uno de los establecimientos típicos del barrio es el café Bagdad, espacio de reunión de la comunidad libanesa que sirve uno de los mejores cafés del centro de la ciudad, así como ricos panes y tortas.
Es justamente la vasta oferta de productos la que ha dado origen a uno de los dichos populares que definen la importancia de este espacio: “Si no lo encuentras en La Merced, no existe”.
Si bien la ancestral actividad comercial del barrio es su principal referente, a la par de esta se desarrolla la vida cotidiana de familias, personajes urbanos, artesanos y artistas de la ciudad, productores de historias que dan sustento y forma a este espacio y que se encuentran ahí, andando por las calles, atendiendo los comercios, mercando, creando y recreando el mito de La Merced.
La antigüedad del barrio ha dado lugar a leyendas como la de la loca de la Merced, que anda por las calles desgarrada por el sufrimiento que le ocasionó aquel joven que la abandonó en el altar, o la historia no esclarecida que surgió en la década de los 80, cuando varias personas aseguraron ver una rata gigante ¡de casi 50 kilos! que deambulaba entre los pasillos del mercado.
Aunque en los últimos años se le ha sobrepuesto a La Merced la etiqueta de lugar “peligroso”, lo cierto es que la idea de inseguridad que permea el imaginario colectivo de aquellos que no conocen bien este barrio se contradice con la filosofía de la comunidad: “Cuidarse entre todos y cuidar a la clientela, que es la que da de comer”.
A merced del fuego
A principios de 2014, un incendio (el 4o en la historia del mercado) producido por una sobrecarga eléctrica destruyó la nave principal del mercado de La Merced y acabó con varios de los puestos que se encontraban en la vía pública. A partir de ese hecho, el Gobierno del Distrito Federal puso en marcha el Plan Maestro para el Rescate Integral de La Merced, que se planea concluir en 2030 y que tiene por objetivo intervenir 120 hectáreas de este barrio, espacio en el que se ubican aproximadamente 6 mil locales comerciales, la nave mayor del mercado principal y ocho mercados más.
Asimismo se pretende implementar proyectos que detonen la vida cultural en el barrio que, más allá de ser lugar de comercio, es un tupido entramado de historias que se entretejen con los colores de los dulces típicos, los sonidos de la actividad comercial, los olores y sabores de la comida y el calor humano de sus habitantes y sus historias de lucha.
El reto principal del Plan Maestro será que la remodelación del barrio no apague la llama que da vida propia a uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad; que no excluya a su gente, sus historias y su dinámica única.
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