(Foto: Erin Lee)
El culto a la muerte es una práctica de origen prehispánico que resurgió a finales del siglo XX, consiguiendo rápidamente más de 5 millones de seguidores en México. Si bien el culto a la “Flaquita” se mantuvo oculto por varias décadas, en los últimos años su creciente popularidad en el Distrito Federal ha permitido conocer más detalles sobre cómo se desarrolla esta práctica pagana en la ciudad.
Así, se sabe que el culto a la muerte tiene más adeptos en los barrios y colonias populares del centro, como la Morelos, la Guerrero y La Merced y que sus seguidores son en su mayoría ladrones, criminales, narcomenudistas, prostitutas o personas que se dedican al comercio informal en el Centro Histórico de la ciudad.
También se ha dado a conocer que en el mercado de La Merced y el de Sonora es donde se encuentra la mayor oferta de artículos para la veneración de la Santa Muerte.
Asimismo, se sabe que fue en el corazón del barrio de Tepito donde Enriqueta Romero, “Doña Queta”, montó el primer altar a la Santa Muerte a finales de 2001. En ese mismo barrio, David Romero Guillén formó la Iglesia oficial de la Santa Muerte, denominada la Iglesia Católica Apostólica Tradicional Mex-Usa.
Varios reportes han revelado que la Santa Muerte tiene muchos fieles entre los presos de los reclusorios de la ciudad, quienes la han elegido como su protectora y han olvidado a la Virgen de Guadalupe. Este fenómeno se vive con mayor intensidad en el Reclusorio Norte, que es el de mayor población en el Distrito Federal.
Si bien, son muchos los datos, crónicas y reportajes que amplían nuestros conocimientos respecto al culto a la Santa Muerte, las expresiones culturales que han derivado de esta práctica, de sus símbolos, códigos y de la particular filosofía de sus creyentes, han sido poco documentadas.
Rayando a la muerte
En las paredes del barrio de Tepito los graffiteros plasman su cultura en la pared, pero esta vez la pintura olvida la imagen de la Virgen Morena o de San judas Tadeo y satura la vista con retratos de una calaca encapuchada.
La Imagen de la Muerte se lleva en la piel
(Foto: Bénédicte Desrus)
Los creyentes de la Santa Muerte deciden rendir tributo a su patrona inmortalizando su imagen sobre su piel.
Ofrendas poéticas a “La Flaca”
)
El fervor y agradecimiento que genera la Santa Muerte entre sus seguidores ha dado lugar a la poesía.
A continuación se reproduce el fragmento de lo que se presume ser un poema, recuperado de una página web en donde cualquiera puede cargar los versos inspirados por “La Flaca”:
Santísima Muerte
Cuando me hablaron de ti
miedo y escalofrió sentí
Cuando te pedí un consejo
me lo diste en un sueño
Cuando en mi sueño te presentaste
sentí una emoción tan grande
Para leer este poema completo y algunos otros, se puede entrar a este enlace.
Sonidos mortales
El reguetón, el rap y el hip-hop son géneros musicales apropiados por las subculturas que se crean y recrean en los barrios populares del DF, mediante los cuales narran aquello que viven en su cotidianidad.
Ahora que la Santa Muerte ha permeado las costumbres de los jóvenes, las canciones en las que se habla de la importancia que tiene para ellos saturan Youtube. Aquí un par de ejemplos:
Si bien, guiándonos bajo los criterios artísticos, se puede poner en duda el valor de los ejemplos antes citados, lo cierto es que no podemos negar que dichas manifestaciones nos revelan una cultura subterránea difícil de penetrar, que se está expresando según sus formas y posibilidades.
(Foto: Toni François. Click aquí para ver galería completa)
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