Hace un siglo en México eran recurrentes los clubes-billares donde se aceptaba únicamente a hombres. Sitos que aún prevalecen, de techos altísimos, abiertos todo el día y listos para recibir a tenaces tomadores y tomadoras. El Club Atlántico es uno de ellos; por las noches enciende sus luces de neón, y los fines de semana se exhiben bandas de música que evocan los ritmos más populares de Latinoamérica.
Al lugar no podemos llamarle kitsch enteramente, porque su naturaleza es popular. Aquí no se siguen modas o se persiguen looks; es sencillamente un espacio para beber, que se ha convertido en un recurrente sitio de música en vivo.
Si disfrutas la tecno-cumbia, la electro-banda, la salsa tecno-dance o cualquier pócima de música folclórica acoplada a las nuevas tecnologías, este es tu sitio. No se trata sólo de pretensiones o de readaptaciones de la música; los cantantes en realidad siguen sus filosofías. Encontrarás bandas que memoran las leyendas prehispánicas y precolombinas y que investigan realmente para, por ejemplo, crear sus letras sobre los mitos arcaicos.
Si quieres hacer un retroceso en el tiempo –o al menos por el espacio– y recorrer los sitios nocturnos más económicos y comunes del siglo pasado, este lugar te encantará. Es una alternativa interesante. Echarás un vistazo hacia movimientos musicales que buscan dar valor a lo tradicional como subcultura viva. También se organizan exposiciones de ilustración, street art, fotografía o cartel, lo que le da un toque más ecléctico a la decoración, fundida con sus luces de neón.
Dirección: República de Uruguay 84, 3er piso, colonia Centro, ciudad de México.
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