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Dar propina en el DF: La guía definitiva

¿Existe tal cosa como la propina “correcta”? Si, en términos generales, se trata de una cantidad monetaria adicional al costo de un servicio pero en cierto modo discrecional, subjetiva, que tasa la calidad de ese servicio en función de la satisfacción del cliente (pero también de su, digamos, generosidad), ¿entonces cómo puede eso coincidir con una propina adecuada?

Quizá, en este caso como en tantos otros, uno de los pocos criterios válidos sea el de la experiencia y la observación. Cuando se vive en la ciudad de México —es decir, cuando un día común implica comer en un restaurante, pagar por una “boleada”, tomar un taxi e incluso echarse unos tacos—, es inevitable desarrollar cierto sentido de la intuición con respecto a la propina que debe dejarse a la persona de quien recibimos un servicio.

A continuación enlistamos algunas de las situaciones más comunes en el DF en las que es mejor que dejes propina, acompañándolas de la cantidad o el porcentaje esperado y una breve explicación de este. Después de todo, no quieres recibir al final un gesto que te denuncie como un tacaño, ¿o sí?

 

RESTAURANTES

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Un refrán asegura: “Según el sapo, la pedrada”. ¿Qué queremos decir con esto? Que en varios casos la cantidad de propina que tengas que dejar en un lugar depende de la calidad de ese lugar. La regla dicta que el mínimo es 10% del total de tu consumo (esto es, si consumiste 400 pesos, la propina mínima es de 40 pesos), pero esto puede aumentar si te encuentras en un restaurante de caché. En el mismo ejemplo de los 400 pesos, podrías cerrar la propina a los 50 pesos. Algo parecido a lo que sucede cuando tu consumo es de menos de 100 pesos: la propina mínima esperada son 10 pesos, aunque sólo hayas entrado por un refresco y un plato de sopa que te costaron 60 pesos. Hay quienes aseguran que si durante tu comida bebiste alcohol, entonces el porcentaje mínimo para la propina es de 15%.

 

HOTELES/AEROPUERTOS/TERMINALES DE AUTOBUSES/TAXIS

Para el personal de servicios que se encuentra en lugares como hoteles, aeropuertos o terminales de autobuses no existe una cantidad de propina fija y casi siempre está sujeta al criterio y bolsillo de la persona que recibe dicho servicio. Sin embargo, el promedio de una buena propia ronda los 50 pesos, quizá menos, quizá más, depende de qué tanto y qué tan bien te hayan ayudado. Si, por ejemplo, llevaron tus tres o cuatro maletas al coche del amigo que fue a recogerte, quizá con 30 o 40 pesos sea suficiente. Si tu hotel es muy lujoso quizá un billete de 50 sea bien recibido y, además, predisponga al personal para atenderte bien durante tu estancia. Para las personas que diariamente realizan la limpieza de tu habitación puedes calcular la propina final sobre una base de 20 pesos al día.

Si abordas un taxi, puedes pagar únicamente la tarifa de tu trayecto o cerrarla al múltiplo de 5 más cercano. Lo decimos de manera complicada, pero es sencillo: si el taxímetro marcó 57 pesos por tu viaje, puedes decirle al chofer: “Déjelo en 60”; si fueron 23, decirle “Que sean 25”. Por lo demás, prepárate para que esto suceda incluso si no lo quieres: es muy probable que so pretexto de “no traer cambio”, el taxista te “quede a deber” esos 2 o 3 pesos que faltan para la cantidad cerrada.

 

BARES/CANTINAS

Un poco como en los restaurantes, la propina acá es mínimo de 10%, pero quizá bajo los efectos del alcohol, si te la pasaste muy bien y si el servicio fue amigable y eficiente, estés tentado a dejar un poco más. No te detengas. En muchos casos la gente que te atiende —del mesero al garrotero de la cocina— gana sólo el salario mínimo y compensa dicho sueldo con las propinas que dejan los clientes.

 

PUESTOS CALLEJEROS

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Al encontrarte en el DF, con toda seguridad comerás en algún puesto sobre la calle. Un taco, una gordita, una quesadilla. Ahí también puedes dejar propina. Puedes, si quieres, dejar una moneda de 5 o 10 pesos en el bote o cochinito que está ahí cerca de la parrilla donde preparan los alimentos. O puedes dársela directamente a quien te sirvió tu comida. La ventaja del recipiente es que una moneda de 5 pesos suena casi igual que una de 10 al caer en el interior.

 

CAFÉS

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Como en el caso anterior, si hay un bote de propinas cerca de la caja y si sólo fuiste por un americano chico, puedes echar una o dos monedas y la gente del café quedará agradecida (o casi). Si fuiste al lugar, te sentaste, pediste un café y una rebanada de pastel y, además, tu amiga/amigo/ligue/detalle consumió más o menos lo mismo, mejor sigue la regla de 10%.

OTROS SERVICIOS

Si existiera un torneo en el que compitieran las ciudades del mundo en donde se distribuyen más propinas, la ciudad de México llegaría a las finales y quizá hasta saldría triunfadora. Como toda gran urbe, en el DF son muchas las personas que viven de prestar un servicio, algunos incluso increíbles como hacer fila en vez de otra persona en una oficina burocrática. La persona que te “echa aguas” cuando te estacionas, el bolero que le da grasa a tus zapatos, el peluquero, la guía que te condujo por un museo o una zona arqueológica, el músico que quizá hizo más agradable el trayecto en el transporte público, casi todos y todas esperan una propia: ese gesto de correspondencia y quizá incluso de gratitud por haber recibido un buen trato. No dudes en otorgarla; como dicen ciertos merolicos de la ciudad, esa moneda que brindas no te hace más pobre ni mucho menos vuelve rico a quien la recibe.

Imagen superior: Nicolás Pereira / flickr


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