Con antecedentes tan disímiles como el pop art y el graffiti, que se combinaron para hacer emerger un híbrido entre el espíritu callejero, originalmente disidente, y un discurso artístico que busca dialogar con la cultura popular, nace esta práctica conocida, por su nombre en inglés, como street art.
El arte urbano es una práctica que se popularizó mundialmente en la década de los ochenta con practicantes que, si bien denotaban una técnica y un sentido artístico, preferían las calles a las galerías –entre los que no podríamos dejar de mencionar al francés Blek le Rat, a quién muchos señalan como el más influyente antecesor de Banksy. Posteriormente surgirían decenas de autores alrededor del mundo que terminarían por atraer la atención primero de millones de paseantes y, eventualmente, de galerías y marcas. Aquí podríamos referir a Jef Aerosol, Space Invaders, Miss.Tic, Swoon, Os Gemeos y al propio Banksy, por mencionar sólo algunos.
Aunque el momento exacto no es del todo claro, el arte urbano en la ciudad de México comenzó a manifestare a mediados de los noventa, proceso que se intensificaría a inicios de la década siguiente. Influenciados por muestras que llevaban rato apareciendo en otras urbes y atendiendo, imagino, a un espíritu similar al de los primeros artistas callejeros, en el DF florecería una generación de autores que, utilizando las técnicas propias de esta práctica –esténcil, estampas, carteles, etc.–, manifestaban ya su propio discurso, apelando a particularidades culturales de México.
En cuanto a algunas de las propuestas más destacables de lo que ocurre en el arte callejero de la capital, a continuación cinco autores que, entre otros, han contribuido significativamente a la riqueza expresiva de esta práctica durante la última década.
Watchavato: originario de Sinaloa y embajador de la cultura narco pop de esa región, este street artero se ha consolidado como uno de los autores más populares del DF.
Saner: su discurso gráfico alimenta un imaginario ecléctico en el cual se funden ciertos rasgos de la cultura popular mexicana con ingredientes pop y un llamativo estilo visual.
Seher One: en el proceso de estudiar diseño en la ENAP (UNAM), Seher entabló un amorío creativo con las calles. Hoy sus piezas, influenciadas por el anime, muestran una cierta autonomía identitaria.
Ciler: uno de los más jóvenes de la generación que terminó de popularizar el arte urbano en la ciudad, Ciler se caracteriza por un discurso un tanto más poético, al menos en sus inicios, y sus carteles han detonado reflexiones en cientos de paseantes.
Dhear: con una evidente influencia del muralismo mexicano, su obra se desliza entre el realismo mágico pop y el naturalismo fantástico. Lo mejor: sus seres de otros mundos.
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