Es común que después de un fin de semana reflexionemos sobre la fiesta, el concierto, la boda o la reunión a la que fuimos el fin de semana. Normalmente la reflexión nos pesa, no sólo porque estemos meditando desde el escritorio de nuestra oficina, sino porque físicamente nos sentimos pesados. Esto contribuye a la famosa dificultad de ir a trabajar los lunes y aún más, de hacernos promesas falsas como el “No lo vuelvo a hacer”.
El panorama actual en México, según la Investigación social y cultural sobre el consumo del alcohol y el alcoholismo en México del Dr. Luis Alfonso Berruecos Villalobos; en el país, se consume alcohol tanto de manera regular y responsable como en exceso, pero la mayoría de los individuos han caído desafortunadamente en la enfermedad llamada alcoholismo.
-Más del 13% de la población presenta síndrome de dependencia al alcohol.
– 12.5 % son hombres y 0.6% son mujeres entre 18 y 65 años de edad.
-El alcoholismo el principal causante de accidentes con un 70 %, 60 % de los traumatismos.
– El 80 % de los divorcios están asociados del alcoholismo.
-El 60 % de los suicidios vinculados con el alcoholismo.
La forma en que nos enfiestamos y el alcoholismo social por el que pasamos en diferentes momentos de nuestras vidas tienen que ser revisados y revaluados constantemente, con el fin de darnos cuenta si ya nos rebasaron.
Con este objetivo en mente, aquí presento una lista de 12 puntos importantes a analizar este lunes (o cualquier día de la semana, si es necesario).
1. La mayoría de tus eventos sociales se centran alrededor del alcohol, y si no hay barra, te sientes decepcionado/a y ya no quieres asistir.
2. Nada nunca es culpa del alcohol (cuando, en realidad, la mayoría de las cosas son). No es que algo malo suceda cada vez que chupes, pero cada vez que algo malo pasa, habías estado chupando.
3. No te preocupan las consecuencias y te convences de que tal suceso fue una ocurrencia de una sola vez. Simplemente no pensaste en lo que pasaría en el futuro y la próxima vez no se repetirá (en tu mente).
4. Más de una vez has tomado una mala decisión en relación con entablar alguna conversación o propuesta con el sexo opuesto (o del mismo sexo).
5. Tus crudas se vuelven cada vez más severas. Las crudas son síndrome de abstinencia, la forma en que tu cuerpo te dice que no puede seguir sin una nueva dosis. No es coincidencia el milagro que hacen las cervezas como desayuno.
6. La ilegalidad del consumo de bebidas alcohólicas en la calle, en el coche o saliendo de un bar/antro ya no te preocupa.
7. Racionalizas tu consumo. Las racionalizaciones son sólo mentiras que nos decimos para sentirnos mejor acerca de nuestras acciones. Una y otra vez repites los mismos errores cuando chupas, y aun así los racionalizas.
8. Una es demasiado, una más nunca es suficiente o “La última y nos vamos”. Probablemente, el signo más revelador de alcoholismo social es la incapacidad para dejar de chupar una vez que hemos comenzado. “Una más, una más, una más” es el loop que sucede siempre en nuestras mentes.
9. Te das cuenta de que estás tomando más y más alcohol para sentir los efectos en la magnitud que deseas. Generas tolerancia y tus estados de cuenta de la tarjeta de crédito cada vez son mayores por tus fines de semana.
10. Tu aspecto físico está cambiando, y no para mejor. Algunas personas pueden tomar y tomar y no se logran observar los efectos físicos del consumo, pero es probable que si eres un bebedor empedernido, tu cuerpo está reaccionando negativamente. Unos kilos de más que se notan en la hinchazón de tu cara y una coloración muy poco saludable son los primeros pasos.
11. Después de una noche de fiesta tienes que hacer un recuento de los daños; esto va desde encontrar objetos que perdiste hasta pedir disculpas a cualquier persona que puedas haber ofendido.
12. La única manera en que te puedes divertir es con alcohol en tu sistema.
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