Era el año 2012 cuando nació Mayan Warrior, un proyecto colaborativo que desde entonces ha reunido a artistas, artesanos, fotógrafos, diseñadores, arquitectos y músicos procedentes tanto de la Ciudad de México como de otras partes del mundo para protagonizar uno de los festivales más alucinantes del mundo: Burning Man.
Las personas que son parte de esta comunidad experimental-temporal generalmente emprenden el viaje al desierto de Black Rock con un año de anticipación. Cada año en Burning Man se cierra y empieza un nuevo ciclo en el que los miembros son desafiados a la autodependencia extrema y a la autoexpresión radical.
El arte es una parte protagónica de esta experiencia. Cada edición, los fundadores y organizadores del proyecto Burning Man, determinan un tema para fomentar un vínculo común que genere un hilo conductor a la contribución de cada individuo. A cada participante le corresponde encontrar una manera de aportar y ayudar a que el tema cobre vida, ya sea a través de una instalación de arte a gran escala, un campamento temático, trajes, disfraces, accesorios, performance o por cualquier otro medio.
Pablo González Vargas, creador de Mayan Warrior y miembro de la comunidad mexicana y uno de los campamentos temáticos más destacados de la playa en Burning Man, creó el proyecto sin antecedentes en México: un art car, inspirado principalmente en la sabiduría astral y conexión cósmica que tenían nuestros ancestros, fusionado con tecnología digital nunca antes vista.
El objetivo principal del proyecto de Mayan Warrior ha sido siempre el mismo, actuar como una plataforma que permita dar visibilidad al gran momento que está viviendo la música electrónica y las artes digitales mexicanas al mismo tiempo que se mantienen y se revitalizan las antiguas y profundas raíces que han dado vida a la actual cultura audiovisual y creativa.
La base del art car es un camión de servicio pesado que ha sido desmantelado y reconstruido con luces de neón, luces láser, un escenario equipado y una plataforma para sus invitados. La cabina del camión ahora se ha transformado en la cabeza de un ser maya sobrenatural. Todos los componentes visualmente impactantes del Mayan Warrior se ven complementados con un sistema de audio insuperable que cada año pone a bailar a miles de personas.
El equipo que conforma a este innovador colectivo se encarga de documentar y streamear los djs sets y actos en vivo más destacados de sus presentaciones alrededor del mundo. Además, cada año se han dedicado a impulsar campañas de conciencia social y ecológicas, bajo sus plataformas, y en sus presentaciones en vivo.
Mayan Warrior, ya sea como colectivo o como art car, viaja y realiza eventos en diferentes países a lo largo de todos los años que funcionan como eventos de recaudación, y fiestas inolvidables.
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