En la mayoría de las reseñas sobre la Casa Luis Barragán se alude a su discreta fachada. El prolífico arquitecto mexicano rescató esencias de filosofías milenarias y las adaptó a sus espacios modernistas, un estilo genial que incorporó a su casa de una singular manera.
Este mexicano ganador del Premio Pritzker conjugó sutilmente las formas geométricas en vastos espacios; de esta manera, el vacío contrasta notablemente con elementos como círculos, cuadrados, una caída de agua (línea) o un rayo de luz. Las formas son las protagonistas de sus creaciones que además, aun con su modernismo, rememoran la estética tradicional folklorica mexicana.
En la ciudad de México, en la colonia Tacubaya se erige la casa donde este arquitecto vivió. La Casa Luis Barragán es un asentamiento que, visto por fuera, podría pasar desapercibido por su curiosa discreción. Una fachada gris, plana, con algunas ventanas, cuya única diferencia con el entorno es que es más alta que el resto de las casas. Alguna vez Barragán declaró que se trataba de una voluntaria estrategia para que el ritmo del paisaje no se perdiera con la casa –por cierto, un fenómeno lamentablemente escaso en México, pues pocos consideran la continuidad paisajística al momento de edificar.
La Casa Luis Barragán es hoy un museo que recibe vistas en grupo. Inusualmente, fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Y es que, siendo un recinto individual, es el único espacio en Latinoamérica que lo ha conseguido. Cada año este lugar recibe miles de visitantes, y aquí encontrarás que cada espacio es como una fotografía o pintura modernista donde todo elemento tiene un sentido rítmico.
Ubicación: General Francisco Ramírez 12, col. Ampliación Daniel Garza.
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