El diseño ganador del nuevo aeropuerto de la ciudad de México ha generado toda clase de reacciones, pero mientras el diseño de Norman Foster y Fernando Romero se encuentra bajo los reflectores, los demás proyectos participantes se han ido al archivero y pronto serán olvidados. Antes de que eso pase, hemos querido rescatar uno de los diseños más interesantes, el presentado por Bernardo Gómez-Pimienta junto con la firma estadounidense Gensler.
Este diseño busca generar un espacio eficiente y sustentable, imperando la sencillez y la sensibilidad al contexto. Cada detalle ha sido estudiado para facilitar procesos como el manejo de equipaje, la localización de espacios comerciales, la transitabilidad, etc., además de fluir perfectamente con los retos estructurales que presenta el terreno, contemplando incluso futuras expansiones.
El espacio da una inusitada sensación de ligereza, con techos que parecen fluir a través de las columnas ramificadas en vez de estar sostenidos por estas. Se favorece en todo momento el uso de la luz natural y su juego dentro del espacio; todo para generar un delicado ambiente de tranquilidad para los pasajeros.
Aquí las imágenes del proyecto:
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