Es común en el DF perseguir un estilo laboral en el que tengamos una “seguridad económica”, ya que es un patrón social que se repite perennemente en nuestra cultura: ir a trabajar 8 horas o más, de lunes a viernes, es la rutina de muchos mxcicanos. Pero resulta que perpetuar el atavismo deja poco espacio para la expresión creativa y por ende, termina por dejar un vacío en muchas personas. Existen diferentes razones por las que la gente no se atreve a dejar su trabajo e ir a perseguir su verdadera vocación o su proyecto de pasión, pero la mayoría suelen estar basadas en miedos irracionales.
Incluso si sienten el impulso desesperado de escapar de su horrible lugar de trabajo o de sus molestos compañeros de trabajo o gerentes abusivos, es posible que duden en hacer algo al respecto porque, antes de dar el salto, surgen un montón de pensamientos que les impiden renunciar.
Algunas excusas pueden sonar como la voz de la razón, ofreciendo perfectos motivos por los que estamos mejor arrinconados en nuestro escritorio para perdurar los malos ratos, pero si los analizamos un poco más de cerca, realmente no parecen sostenerse a largo plazo. Lo que hacen, en cambio, es mantenernos atrapados en un trabajo que es lento pero seguro y atrás de esto, seguiremos desgastándonos.
Aquí están 10 de estas malas excusas comunes para alojarse en un mal trabajo. Esperamos que no te identifiques con ninguna de ellas, aunque posiblemente lo harás.
1: “Las cosas van a mejorar”
Ese gerente idiota podría conseguir otro trabajo. Ese molesto compañero de trabajo podía dejar de irritar. Ese montón de exceso de trabajo de repente podría desaparecer.
Por otro lado, nada puede cambiar. O las cosas en realidad podrían empeorar. Si ya has hecho todo lo posible para mejorar tu situación laboral y no ha pasado nada, sólo esperar a que las cosas mejoren por sí solas hace muy poco sentido.
2: “Mi jefe es un idiota pero si renuncio ahora, él gana”
A quién le importa. No se trata de ganar o perder; esta es tu vida. Dale para adelante y ya.
3: “Yo no soy un cobarde. Yo no renuncio a las cosas”
El viejo dicho de que “los ganadores nunca se rinden” es simplemente erróneo y dejar un mal trabajo es, a menudo, la mejor opción.
4: “Renunciar se verá mal en mi CV y nunca voy a conseguir otro trabajo”
Bueno, si permaneces en tu empleo actual, mientras que poco a poco te aplasta, ¡no lo harás! De hecho, entre más tiempo pases en un mal trabajo más energía perderás, y con ello el optimismo, la confianza en ti mismo y la motivación que necesitas para encontrar algo mejor. Renuncia mientras puedas.
5: “Si renuncio voy a perder mi salario, status, coche de la empresa, el reconocimiento de mis amigos, etcétera”
Sí: renunciar a un trabajo tiene un precio, y eso da miedo. Todos sabemos esto íntimamente.
Pero pocos se hacen esta pregunta: ¿Cuál es el precio de estar en un trabajo que te hace infeliz?
Ese precio puede ser muy alto. No sólo puede arruinar tu vida laboral sino también tu matrimonio, tu vida familiar, tu salud, tu autoestima y tu cordura. No todos a la vez, pero un poco de cada uno cada día.
6: “En todos los demás trabajos está igual de mal la situación”
Eso es una tontería. Hay un montón de grandes lugares de trabajo en todas las industrias.
7: “He invertido tanto en este trabajo que ya está”
Es posible que ya hayas sacrificado una gran cantidad de tiempo, energía y dignidad en los intentos para mejorar las cosas. Esto hace que sea más difícil tirarlo todo.
Escapa de todos modos. Mantenerse ahí sigue siendo una mala inversión.
8: “Voy a perder mi seguro”
Pregúntate a ti mismo lo que es un buen seguro de salud relacionado con el trabajo, si el trabajo es en realidad lo que te está enfermando. Es muy probable que en tu siguiente trabajo encuentres la forma de asegurarte debidamente.
9: “Mi trabajo paga muy bien”
No importa lo bien que pague un trabajo; si te hace infeliz, no vale la pena.
Por el contrario, si ahora estás ganando un montón de dinero, usa esa seguridad financiera para salirte y encontrar un trabajo que te haga feliz. Además, encontrar un trabajo que te gusta aumentará tu rendimiento (los empleados felices son más productivos), lo cual puede conducir a más promociones y a un salario más alto.
10: “Mi familia depende de mí”
Entendible. Pero tal vez, en realidad sería mejor para tu familia si tienes un buen trabajo, para que no llegues a casa del trabajo cada día más cansado, irritable, estresado o frustrado.
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