El trabajo artístico de Beatriz Santiago Muñoz es cercano al pensamiento antropológico; hace una etnología de fragmentos de vida que esperan ser vistos. En este momento, la Sala de Arte Público Siqueiros exhibe por primera vez en México una exposición individual de la artista. En esta se pueden conocer seis proyecciones que conforman una muestra importante de su trayectoria.
El espectador se enfrenta a aparentes pantallas flotantes que producen la sensación de una escenografía cinematográfica en la que intervienen diferentes tecnologías, como MATRULLA, filme que se proyecta en 16mm, pieza que la artista creó para su presentación en la SAPS.
Esta obra toma el nombre de un lago en Orocovis, un pueblo en la cordillera central de Puerto Rico en el que tiene su casa Pablo Díaz Cuadrado, protagonista de la obra. Dice la artista: “el proyecto es una etnografía que se construye de la misma manera que su casa: la casa se inclina en la montaña. La película, la imagen y la cámara se mueven alrededor de Pablo Díaz, de la misma manera que la casa a la montaña. Es una especie de etnografía contingente: el proyecto documenta mi posición y la de él; la cámara se mueve, se inclina o se relaciona con Pablo, con la casa, con los materiales, de una manera subjetiva”.
Pablo Díaz vive solo desde 1972 en esta casa; ahí siembra, almacena semillas ancestrales, cría abejas, acumula materiales con usos impredecibles y analiza la descomposición y reconstrucción de todo lo que le rodea; esto funcionará para planificar un momento imaginario en el que no habrá agua ni comida.
En el cine de Beatriz Santiago es recurrente la intención por recuperar paisajes que se desvanecen de la realidad. Como herramienta recurre a la memoria, a la imaginación; por eso elige a personajes como Pablo, quienes son conscientes de una situación de emergencia orillada por las formas de interacción económica y política de la sociedad actual.
Otra de las constantes en el trabajo de Santiago Muñoz es que opta por la ficción para presentar esos fragmentos de la realidad que tienden a extinguirse, como en La cueva negra, otra de las piezas expuestas. Se trata de un video de 20 minutos en el que dos primos exploran una locación llamada Paso del Indio, donde mientras se construía una autopista fue descubierto un sitio ceremonial de enterramientos (pre-taíno y taíno), pero el gobierno decidió enterrar el sitio arqueológico y continuar con la infraestructura de preocupaciones económicas.
Las narraciones de los niños se acercan a lo mítico y adquieren un tono irónico a medida que el medio natural se enfrenta a la invasión de la infraestructura carretera: “El primero en salir de la cueva se convirtió en piedra, el próximo en motora”, dice uno de los niños en los primeros momentos de la narración; ambos se desenvuelven con libertad, el lugar les pertenece, pero al mismo tiempo es amenazado por el crecimiento de la construcción de ciudades.
Para dar cuenta de la historia de ciertas localidades, la artista suele pasar mucho tiempo desarrollando una relación cercana con las personas y el lugar del que parten sus proyectos, uno de los rasgos que acercan su práctica artística a la etnografía.
Además de MATRULLA y La cueva negra, las siguientes obras de Beatriz Santiago se exhiben en la SAPS dentro de la muestra MATRULLA. Paisaje y memoria:
10 años/larga exposición: un filme de 35mm hallado en una base naval estadounidense. La imagen original de pilotos de guerra y helicóptero ha desaparecido por completo; ahora podemos observar la proyección que emerge después de 10 años de exposición a la luz, suciedad, humedad y moho.
Esto es un mensaje explosivo: un video en que el artista puertorriqueño Carlos Irizarry abordó un avión de American Airlines y amenazó con hacerlo explotar como apoyo para la liberación de prisioneros políticos puertorriqueños. El filme está dividido en dos partes: la primera son rumores e historias no oficiales sobre el arte en Puerto Rico; en la segunda, los bailarines Beatriz Irizarry y Carlos Torres responden a la estructura narrativa con un set coreográfico ejecutado desde la casa y el estudio de Carlos Irizarry.
Película de desastre: Beatriz Santiago le pidió a los vendedores ambulantes de la calle Moneda en la ciudad de México que actuaran una crisis imaginaria que se pudiera relacionar con la rutina que viven cada día al momento de empacar los objetos que venden. A través de ficciones con escenarios apocalípticos -asteroides, erupciones volcánicas y terremotos- los vendedores dan cuenta de una situación de urgencia en la que se desenvuelve la precariedad de su vida cotidiana.
Post-Military Cinema: un cine abandonado en Ceiba en el que, a cierta hora de la tarde, la luz proyecta imágenes del bosque durante 45 minutos. Hace 10 años, este cine fue ocupado por la ahora decomisada Base Naval estadounidense Roosevelt Roads.
Sala de Arte Público Siqueiros
Tres Picos 29, col. Polanco
Martes a domingo de 10 a 18hrs
Domingo: entrada gratuita
Del 4 de septiembre al 23 de noviembre, 2014
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