El arte como estrategia para enfrentar la violencia en las calles

En México, la violencia se integra más de lo que percibimos y quisiéramos a la vida. Además de los atroces sucesos que ocurren en el país en grandes magnitudes hay acciones de ilegalidad, de intimidación y terror que forman parte de nuestro día a día cotidiano.

Muchas veces, al enfrentarnos a esas circunstancias de peligro creamos mecanismos de defensa de manera inconsciente. Esta es una de las conclusiones a las que ha llegado el proyecto de Moris, quien en su estudio sobre las variantes de violencia que se viven en la ciudad ha encontrado una cercanía entre el comportamiento animal y los seres humanos. El artista mexicano evidencia la dualidad de ataque y defensa que juega nuestra especie en la muestra Presa y Depredador. Registros de ilegalidad y violencia, que ahora se exhibe en la SAPS.

Moris traslada al museo registros y códigos que recoge en las calles, y que tienen un antecedente de haber formado parte de algún acto de violencia y/o ilegalidad. El artista supone que el espectador, al conocer estos objetos, puede darse cuenta de ciertas actitudes que se pueden tomar como mecanismos de defensa cuando se necesite.

Así, su trabajo es la tentativa de demostrar la función social y política del arte. Es importante mencionar que las obras no tienen un objetivo de denuncia; buscan poner a prueba la relación de esos signos de violencia que hacen evidente parte de la psicología humana. De hecho, en un futuro, Moris tiene el propósito de realizar un manual de supervivencia a través de sus obras.

La exposición tiene la intención de introducir al espectador a un universo habitado por la criminalidad y la ilegalidad, en donde las piezas de Moris revelan que estos entornos responden a una situación de pobreza y desprotección que surge, por un lado, por un descuido del gobierno y en otro sentido por una sociedad que, involucrada en sus preocupaciones personales, olvida su sentido comunitario y le es sencillo ser partícipe de un ambiente que al proteger a unos desfavorece a otros. Esta marginalidad deriva en actos de violencia e ilegalidad en los que, muchas veces, cualquier persona puede ser la presa o el depredador.

Como parte de la exposición, la Sala de Arte Público Siqueiros está haciendo una cronología sobre actos de violencia, una especie de memoria virtual anónima, en la que puedes participar. Como última recomendación: antes de entrar, deténganse a mirar la fachada. El museo sigue la visión de Siqueiros de que el arte debe tener un carácter público; para ello invita a artistas a realizar un Proyecto Fachada, que en esta ocasión también pertenece a Moris y se llama: Un monstruo camina entre ustedes.

Sala de Arte Público Siqueiros.


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