Las bicis y la breve vida sobre la Tierra: 5 biciclubes para pedalear contra el Apocalipsis (Parte III)

Continuación de Las bicis y la breve vida sobre la Tierra: 5 biciclubes para pedalear contra el Apocalipsis (Parte II)

Bicilunáticos

Ellos se reúnen en el monumento a la Revolución los sábados, pero esta información es muy posible que sea incierta, como las pocas referencias que hay sobre ellos: su perfil de Facebook dice que son un grupo de amigos y ciclistas nada normales. Se reúnen los viernes a las 8pm en el Monumento a la Revolución.

(Bonus)

No es por establecer leyendas urbanas, y no es porque corresponda a algún grupo específicamente; lo más probable es que sean sólo experiencias personales aisladas: se dice que hay grupos formados ex profeso en los que puedes llevar tu cervecita o alguna bebida, grupos en los que los liderazgos políticos se sienten fuerte y otros en los que son muy severos con sus ritmos y prácticamente te dejan si no te apuras. Lo mejor de estos movimientos es que si no te gusta alguno, puedes formar el tuyo con tus cuates y establecer tus propias reglas sin competir con los otros y ayudando a que el uso de la bicicleta se generalice. Todo bajo el signo de la libertad y movilidad que te da este transporte.

(Intermedio)

En 1839 fue inventada la draisiana, un punto intermedio entre las bicicletas como las conocemos y un burro de planchar. Tal vez su única diferencia con respecto al celerífero es que este aparatejo ya contaba con un manubrio direccional y también con el hambre de varios inversionistas que no tardaron en patentarlo; ya con las adecuaciones fue llamado balancín, pero no pegó mucho.

En 1839, Kirkpatrick Macmillan le añade a la draisiana manubrios y un pedal.

20 años después Ernest Michaux se convertiría en el precursor de bicicleta, al añadirle unos pedales a la llanta delantera. Luego se le agregaron neumáticos y otros locos comenzaron a hacer viajes largos en ella, arrebatándose récords en distancias; actualmente hay viajeros que viven en el camino y en sus bicicletas y que están por completar vueltas al mundo.

 

La breve vida sobre la Tierra

El fin del mundo ha sido calculado en unos 5 mil millones de años; esto será un proceso largo y paulatino en el que el Sol pasará de una estrella espectral G2 a una subgigante roja y luego a una gigante roja para terminar como una enana blanca y vagar como un pedazo de hielo por el universo. Todas las especulaciones dicen que el fin no está remotamente imaginado. No se sabe qué tipo de cultura habite este planeta para ese entonces, pero esta predicción también ha llevado a la humanidad ­(con todas sus limitaciones) a explorar el espacio para poder iniciar viajes interestelares que sorteen este calamitoso final. Sin embargo, todo se ha quedado en las películas de Hollywood y posiblemente no lleguemos más lejos que de ahí. Varios puntos podrían sustentar esta teoría: según las sagradas escrituras, ya estamos en la era del Apocalipsis y el asunto del final de los tiempos es un asunto de la voluntad de Dios y destino de la humanidad. Cada año la capacidad de destrucción global aumenta en relación con el armamento que se produce; el calentamiento global y cambio climático desequilibran las cadenas alimenticias y el curso de los ríos, las heladas y las sequías van volviendo cada vez más complicado establecer cuándo demonios debe llover o cuándo se tienen que cubrir las calles de hojas secas.

 

Seguro hay tiempo y más para nuestra generación, a la que le tocará ver cómo los hielos eternos se funden, con admiración o gozo; tal vez desde la Patagonia, haciendo ciclismo extremo, con un casco que evite esa sutil briza que va diciendo y desdiciendo: Hermoso final, no pudimos evitarte…


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