El Distrito Federal es uno de los sitios más fértiles del país. Por estar rodeado de volcanes, su tierra es extremadamente nutritiva: si das un vistazo con atención podrás encontrar una gama de vegetación ecléctica, de árboles tan diversos, por ejemplo, como en casi ningún lugar del mundo. Se sabe que los conquistadores quedaron maravillados por la naturaleza del lugar, e increíblemente, aún ahora, casi cualquier rincón libre de asfalto salta frondoso en cualquier oportunidad.
A pesar de ser una de las urbes más grandes y pobladas del mundo, la ciudad de México aún guarda espacios naturales inesperados al interior de su larga estela de concreto. En ellos se recorre apenas un atisbo de lo que fue esta zona antes de la urbanización intensiva, lugares inverosímiles que son una garantía de un viaje hacia otra realidad que lucha por conservarse.
Los siguientes espacios no son parques urbanos, son más bien pedazos de naturaleza al interior de la ciudad, una especie de Áreas Naturales Protegidas que sobrepasan las dimensiones y cualidades de un parque citadino común: una propiedad inusual en otras ciudades del mundo, que más bien resguardan parques excepcionales, pero artificiales, en su interior.
Parque ecológico Los Dinamos
Este espacio alberga el único río vivo de la ciudad de 5 km, llamado Río Magdalena. Es un lugar realmente aislado: la señal del celular es baja y no hay luminarias artificiales; por ello, se recomienda asistir de día. Está ubicado en la delegación Magdalena Contreras. Además del río en el sitio hay numerosos pinos y un ambiente lleno de verdor, musgo y fresca humedad. Con una extensión de más de 2,429 hectáreas. Tiene también una red de cascadas.
Dirección: Camino a los Dinamos Contreras, col. Reserva de los Dinamos
Jardín Botánico del Instituto de Biología de la UNAM
Es uno de los centros botánicos más antiguos de México; tiene más de 1,600 especies de plantas que crecen en los bosques, los desiertos y las selvas mexicanos. Conoce más de 300 especies que se encuentran amenazadas o en peligro de extinción. Está rodeado de frondosos pedregales producto de la erupción del complejo volcánico del Xitle: un conjunto extraordinario.
Dirección: 3er circuito exterior, S/N, Ciudad Universitaria, Coyoacán
Parque Nacional Cumbres del Ajusco
Un bosque con pinos, encinos y pastizales. Coronado con la elevación montañosa del Ajusco, de unos 3,900m, con sus puntas pintadas de nieve en invierno. Es un impresionante paraje que forma parte de la delegación Tlalpan, al sur de la ciudad de México. Tiene algunos manantiales en la parte baja de la sierra. Un lugar bellísimo y sobrecogedor, que inesperadamente es ya parte de la ciudad.
Dirección: Carretera Picacho-Ajusco
Parque Ejidal San Nicolás Totolapan
Más de 2,304 hectáreas de encinares, pastizales y oyameles. Lo atraviesa el río Eslava y arroyos y manantiales. Tiene más de 82 especies endémicas del norte de Canadá y de Estados Unidos. Una extensión de 1,900 hectáreas de bosque templado con elevaciones que oscilan entre los 2,700 y 3,740 msnm.
Dirección: Km 11.5 de la carretera panorámica Picacho-Ajusco, col. San Nicolás Totolapan
Bosque de Nativitas
Es un bosque con la categoría de “bosque urbano”, situado en la delegación Xochimilco y que abarca una superficie de 20 hectáreas. Un espacio delicioso, bello y accesible.
Dirección: Calzada Xochimilco-Tulyehualco, col. Barrio Xaltocan
Parque Nacional Desierto de los Leones
Más de 1,500 hectáreas de bosque, entre oyameles, fresnos y árboles de encino. Alberga, además, un exconvento con túneles subterráneos y jardines secretos. Un clima exquisito; barrancas y desniveles donde puedes avistar un exuberante bosque.
Dirección: Camino al Desierto de los Leones s/n, Cuajimalpa de Morelos, La Venta
Bosque de Tlalpan
Aunque es un parque que cuenta con algunas zonas de asfalto, el Bosque de Tlalpan permite una vista panorámica de la ciudad. Está rodeado de encinos y matorrales y está inmerso en piedras volcánicas.
Dirección: Esquina Zacatépetl, Camino a Santa Teresa
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