Durante la última década, el mundo ha sido testigo de un movimiento significativo de ciclistas. Las personas han ido redescubriendo los beneficios derivados del uso de la bicicleta; como por ejemplo, el mejoramiento de la salud física y emocional, o la participación activa en el cuidado tanto del medio ambiente como de la cartera.
De acuerdo con David Banister, profesor en estudios de transporte, los automóviles o autobuses requieren de energía, que resulta contaminante, para su funcionamiento; mientras que la bicicleta (y la caminata), reduce la dependencia a energía no renovable renovable para el cuidado del medio ambiente, la seguridad social y la competitividad económica.
Por ello, cada vez más ciudades han empezado a priorizar la presencia del ciclismo en la coexistencia automovilística. Por consiguiente, se comienza a adquirir varias alternativas que ayuden a disminuir el uso de coches; ejemplo, la adaptación de las calles para el uso exclusivo de los peatones y ciclistas; y la incentivación económica en dejar los coches en casa y, en su lugar, usar los transportes públicos. Estas son las seis ciudades que más han procurado transformar su presencia urbana:
A pesar de que la ciudad de México no se encuentra en la lista de las principales ciudades, sus habitantes gozan de numerosos colectivos probicicletas, como la Red Nacional de Ciclismo Urbano (BICIRED). Aquí se coordinan acciones para generar cambios en pro del uso de la bicicleta y también se crea una cohesión de información sobre esta cultura, a su vez generada por cada una de las organizaciones.
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