El carajillo, la mezcla de un café espresso caliente y Licor del 43 con hielo, tiene su origen en la ocupación española en Cuba, donde los soldados lo pedían para coger “corajillo”. En ese entonces, se trataba de un café con aguardiente, orujo, brandy o ron. Eventualmente, sus variantes alcanzaron al ejército británico, bajo el nombre de gunfire, la cual está hecha con café de Australia y té negro.
Esta bebida es la ideal para cerrar, con broche de oro, los abundantes placeres de una comida. Sin embargo, para disfrutarla realmente como es, deliciosamente impactante, es cuestión de encontrar el perfecto balance. Y en la ciudad de México, existen lugares que logran ese perfecto equilibrio y sazón; tales como:
Tanto el ambiente como el sabor harán que desees beber una cantidad infinita de carajillos.
Emilio Castelar 95, 11560 Ciudad de Mexico, D.F.
Prado Norte 395 A. Esquina con Sierra Mojada. Col. Lomas De Chapultepec.
Aquí reside la versión más dulce del carajillo. Te volverá loco.
Calle Virgilio 8 Local B, 11560 Ciudad de Mexico, D.F.
o
Colima 87, colonia Roma, 06700, Ciudad de México
La perfecta combinación entre amargo y dulce.
Andrés Bello 10, Miguel Hidalgo, Polanco, 11560 Ciudad de México, D.F.
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