Un viaje a lo desconocido es considerado un rito de iniciación. Desde el llamado a la aventura para dejar atrás nuestra burbuja ordinaria, pasando por las resistencias, los miedos y los obstáculos que implica nuestro acometido, para hallar nuestro reflejo transformado en la cima del destino. Sólo nos queda regresar con el aprendizaje extático que logremos exprimir de la experiencia.
Viajar amplia horizontes, así como el desarrollo de nuestra inteligencia. Los viajes son una extensión del proceso de vida. Como sugirió George Santayana: ¿Qué es la vida sino una forma de movimiento y un viaje a través de un mundo exterior? Sobre esta base, el viaje es a menudo visto como algo más importante que el destino (Montaigne y Lao Tzu)
Proporcionan un medio de auto-exploración, y una fuente de recuerdos y experiencias. Como argumentó Montaigne: “Viajar por el mundo produce una maravillosa claridad en el juicio de los hombres … Este gran mundo es un espejo donde debemos vernos a nosotros mismos con el fin de conocernos a nosotros mismos.”
En México existen lugares por visitar que requieren agencia, una determinación por emprender un viaje en el que la recompensa no serán las fotografías que capturemos de la pericia, sino la desconexión del mundo cotidiano para sumergirnos en el mundo de la magia.
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