Algo tenemos los humanos que nos gusta sentir cierto misterio, exclusividad, e incluso riesgo. Por ello, en todas las ciudades de todas las épocas, han existido lugares poco accesibles, más clandestinos, que doten de un halo de intimidad pero también de autenticidad.
Los grupos de sectas o de ocultismo, los clubes más escondidos de personajes célebres…. ¿Cuántos espacios cuasi clandestinos hay en la ciudad sin que sepamos de ello? Regalando un poco de estas sensaciones pero sin llegar a ser un sitio oculto, existen los speakeasy, y el primero en su tipo en la ciudad de México. Estos han llegado como una tendencia que retoma el concepto de la época en la que en Estados Unidos afloraron los bares clandestinos, pues estaba prohibido el alcohol (1920-1930).
Desde el 2000 se ha retomado esta tendencia en el mundo, y sobre todo en Nueva York, existen muchas opciones de speakeasies. Ahí donde nunca imaginarías que hay un bar, ahí, precisamente existe uno. En el caso de la ciudad de México, Jules Basement es el primero de este tipo, diseñado por Emmanuel Picault de Chic by Accident, se esconde detrás de un refrigerador; este último se esconde detrás de unas cortinas tipo carnicería, y atrás de estas cortinas hay también toda una taquería que deberás recorrer.
Uno de sus atractivos es que los martes tienen noches de jazz, lo que le da un toque aún más cautivante al lugar. Sus bases de mesas son unas curiosas calaveras (en un estilo kitsch) y el techo plagado de unos metales parecidos a estoperoles te viajarán.
Dirección: Julio Verne 93, Polanco
Martes a domingo de 8 p.m. a 2 a.m.
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