La privatización de todo pareciera decirnos a gritos que ya nada puede ser compartido. Crecemos en una sociedad que aprende que las cosas se distribuyen de manera individual, y con esta lógica hemos perdido algunos valores que solían ser deliciosos: como el cuidar las cosas para que alguien más pueda usarlas; de esta manera, se conviertía en un tesoro el tiempo que podíamos tenerlas.
Una de esas tradiciones que regalaban esas experiencias de lo compartido eran las bibliotecas, que además de las de gobierno, pululaban también como negocios: las personas podían tener un momento íntimo con ellas mismas rodeadas de personas, o bien, llevar a su casa libros que fueron tocados y sentidos por muchos otros.
Para devolver este tipo de sensaciones y sentimientos ,que inconscientemente nos vinculan a otros, la librería Aeromoto estás recuperando una tradición que no puede morirse porque nos recuerda nuestra vida en colectividad: un memorándum de nuestra propia pertenencia que, en realidad, no es solo el mundo individual.
La librería recibe donaciones de fundaciones, como la Jumex por ejemplo, por lo que sus textos son muy selectos. Aeromoto tienen su propia y pequeña editorial pero va sumando un acervo que se enriquece por las donaciones.
Es un lugar afable y pequeño, nada pretencioso, y sobre todo de un delicado amor por los libros que se siente en el aire. También encontrarás tesoros para mirar y hojear como revistas nuevas, audios, afiches, etc.
Ubicación:
Venecia 23, entre Liverpool y Marsella.
Horarios: Martes a Viernes de 12 a 20 hrs, y sábado de 11 a 16 hrs.
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