El actor estadounidense John Barrymore alguna vez expresó atinadamente que la felicidad frecuentemente se cuela por una puerta que no se sabía que estaba abierta. Y es que, sin darnos cuenta, la felicidad puede alcanzarse a través de la puerta de las sensaciones (vista, olfato, gusto, oído y tacto) que recibimos de la ciudad.
La ciudad de México contiene, en sí misma, una cantidad magnánima de estímulos, los cuales tienen el potencial de desencadenar suficientes niveles de serotonina y endocrinas (neurotransmisores de la felicidad, bienestar y recompensa). Es cuestión de buscar y encontrar esta puerta de sensaciones en esta macroscópica urbe:
– Puedes ir a correr o a andar en bicicleta en los caminos del bosque de Chapultepec de la Segunda Sección.
– Ve a restaurantes para conocer la diversidad gastronómica que existe en la ciudad. Sin importar el presupuesto ni el antojo, la ciudad cuenta con todo tipo de comidas que MXCity te comparte una lista amplia.
– Visita un museo. La mayoría de los museos cuenta con visitas nocturnas, descuentos y precios accesibles (o de plano, entrada gratuita). En caso de que no tengas idea a qué exhibición ir, MXCity te comparte unas opciones.
– Recorre toda una gama de librerías antiguas en el centro de la ciudad.
– Pasea por los jardines de la ciudad, dejando que una parte de la naturaleza urbana brinde el beneficio a tu cuerpo.
– Recorrer calles emblemáticas en Coyoacán, en el centro de la ciudad, Condesa, Polanco, etcétera.
– Tomar una cerveza en el bar de Torre Latinoamericana o un café en el Sears en frente del Palacio de Bellas Artes.
– Visitar el Jardín Botánico de la UNAM, así como el Zoológico de Chapultepec.
– Quédate en casa a ver películas o series de televisión, a lado de una taza de café o té.
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