Para muchos, entrar al llamado “tercer piso” es motivo de escalofrío e incluso de de seriedad, pues desde esas alturas ya no se puede andar uno con rodeos como cuando se es “chavo”. La lógica indica que la experiencia nos hace maduros y solventes para los nuevos desafíos; sin embargo, esto no significa que se acabe la diversión o empiece la decadencia, todo lo contrario, haber vivido intensamente nuestros años mozos nos dota de vivencias útiles para empezar con todo nuestras primeras 3 décadas de vida.
Antes de abandonar la lujosa vida de los veinte debimos o deberíamos estar experimentando la vida frenética o quizás absurda (prueba y error) para llegar un poco más maduros a los gloriosos 30. Tal vez ya hiciste de todo o apenas empiezas, de igual manera aquí te dejamos 10 de las cosas que debes hacer antes de cumplir el treintón. ¿Cuántas llevas ya?
1. El maratón de los 5 antros
Cuantas veces dijiste “vamos por unos tragos relax” al Under, a Felina o a alguna mezcalería y terminaste vagando de antro en antro hasta ponerte una peda monumental. Seguro acabaste en un Men´s club, en el Barba Azul o en el Jacalito. 5 es un decir porque pudieron ser más.
2. Vivir solo
Ya sea con roomie o completamente solo, el hecho de que hayas decidido la aventura de la independencia demuestra que estarás apto para futuras tempestades además de que gozarás las delicias de la libertad dentro de tu propio espacio. Seguramente siempre querrás o quisiste rentar en Roma o Condesa. Bueno, sino se puede la alternativa ahora es Narvarte y Santa María La Ribera.
3. Experimentar el crédito
Cuando cumplimos la mayoría de edad difícilmente nos topamos con un buen empleo que pueda solventar las compras de contado, así que quizás te verás en la necesidad de comprar artículos en abonos y así experimentar las deudas del temible “crédito” y sus ofertas seductoras.
4. El Síndrome del Corazón Roto
Si bien la adolescencia fue la etapa de tu vida en que viviste el primer amor y quedaste devastado, cuando entras a la “juventud” experimentarás el amor pasional; sí, ese que te dejó o dejará sin dormir y te hace pensar que es tu prospecto de vida, que tendrán los hijos perfectos o los 5 o 7 años que llevan juntos son suficientes para enredarte a las furiosas aguas del matrimonio. Sin embargo, al final de la historia -y por alguna absurda razón, tal vez llegues a los treinta sólo (como muchos de los defeños modernos), y quedarás con el llamado Síndrome del Corazón Roto. No pasa nada, esto apenas empieza.
5. Intento de artista
La leyenda de que ser artista es señal de fama y fortuna nos seduce a los veintitantos, de tal forma que nos hace entrarle a las múltiples disciplinas artísticas, aunque muchas veces fracasamos en cada una de ellas. ¿Quien en DF no quiere ser rockstar, fotógrafo y recientemente director de cine? Pero todo se vale son “los veinte”.
6. La noche de cacería
Después de aquella dolorosa ruptura, no falta el amigo o amiga que quiere levantarte el ánimo y te propone una “noche de casería” en el Patrick Miller, el Wallace o incluso en Rhodesia. Intenta convencerte con la premisa de que un clavo saca a otro clavo. Anímate y hazlo, esto después de los treinta suele acabar en un congal de mala muerte en el Centro.
7. Negocio emprendedor
Cuando aun no terminas la universidad los gastos de la fiesta son insoportables, así que muchos defeños optan por emprender un negocio que les eche una mano para los gastos de la exhausta vida universitaria. Algunos serán decisivos y quizás podrás vivir de ello; otros, un bonito recuerdo de cuando vendías creatividad online.
8. Pagar tu propio auto
En la capital suele ser indispensable transportarse con la mayor eficacia posible. Y aunque los coches no siempre son la mejor opción, tal vez sí sean la más cómoda para esas noches de juerga, he ahí la importancia de empezar ahorrar para no sufrir esas largas reuniones con tus amigos de la prepa a los 30, cuando te estás muriendo de sueño y mañana tienes que trabajar.
9. Leer 50 libros
Sí lo recomendable es leer al menos 6 libros al año, en una década deberás haber leído un promedio de 50 a 60. Con todos los beneficios que la lectura nos deja para toda la vida, no debemos dejar pasar este punto. Para sostener una conversación digna de los treinta debiste haber leído mínimo a Jorge Luis Borges, Julio Cortazar, Gabriel García Márquez, Herman Hesse, Aldous Huxley, Henry Miller, Haruki Murakami, George Orwell, Octavio Paz, Edgar Allan Poe, Virginia Woolf y la obviedad: los poetas beat.
10. Erudito sexual
En esta época de información y liberación sexual muy difícilmente alguien se niega a probar de todo en el DF (obviamente con sus debidas precauciones). Esto con el paso de los años -y con el conocimiento de la experimentación previa-, nos lleva a una gratificante madurez sexual y a convertirnos en un erudito de las satisfactorias artes carnales. No por nada los treinta nos regalan el don del experto.
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