Incluso dentro de las zonas urbanas, existen lugares de espléndida belleza natural que destacan por sus piezas y detalles multicolor. Lugares alucinantes que de alguna manera metafórica manifiestan el inconsciente de aquellas personas que hacen posible su estética visual. En la Ciudad de México encontramos muchos lugares como estos, algunos diseñados específicamente para denotar “aquello que manifiesta la mente” (el significado literal de la palabra psicodelia) entre un infinito de rasgos que definen nuestra identidad cultural mexicana. Otros más, son provocados espontáneamente por las costumbres y el paso del tiempo del que nos hemos servido para reforzar, tanto nuestra herencia prehispánica, como la transformación de nuestro pensamiento a través de culturas foráneas.
Los siguientes lugares nos muestran, mediante texturas, tonalidades y demás detalles de la vida cotidiana, la maravillosa psicodelia que se desborda discretamente en una urbe tan estructurada y a su vez necesariamente caótica como la nuestra:
1. Lago de Xochimilco
El barrio de Xochimilco (en nahuatl: campo de flores) es considerado patrimonio de la humanidad por la UNESCO. Un espacio que tiene sus orígenes en la época prehispánica, aproximadamente hace mil años, cuando los primeros nativos se sirvieron del entorno para inventar un sistema agrícola alternativo que les permitiese abastecerse de alimentos en una zona predominantemente acuífera: la chinampa, ese misterioso método para sembrar a través de pequeñas islas artificiales.
Dentro de esta colonia encontramos a uno de los cinco lagos que conforman la cuenca lacustre del valle de México, un laberinto acuoso gobernado por las famosas trajineras y su abanico de colores fluorescentes que en días de fiesta se adorna aún más alucinantes. Lo que hace a este lugar un ente ecológico psicodélico es el silencio de sus pasajes, ideal para estimular la imaginación a través de percepciones sensoriales y conexión con la naturaleza.
Dónde: Blvd. Adolfo Ruiz Cortinez s/n, Col. Barrio 18. CP 16034
2. Museo de Arte Popular
El Arte popular mexiquense es sin duda la representación histórica del flujo de nuestra conciencia a través de las épocas. El Museo de Arte Popular de la ciudad exhibe algunas de estas manifestaciones artesanales creadas con una variedad de materiales que van desde la alfarería, cestearía, papel y cartón, hasta la madera, platería, orfebrería, vidrio, textiles, escultura y algunos tipos de metales. Aquí se elaboran también talleres y concursos, como el reciente certamen de papalotes que acogió una colección de obras psicodélicas inspiradas en los 4 elementos y en los dioses prehispánicos y sus metamorfosis naguales.
Dónde: Revillagigedo 11, Colonia Centro, Centro, Cuauhtémoc, 06050 Ciudad de México
3. Casa Orgánica
La arquitectura orgánica de Javier Senosiain es un sitio altamente surrealista que nos invita a deslizar la mirada entre sus parajes laberínticos, ideales para ejercer la meditación. Estos espacios lisérgicos no son para cualquiera, ya que no forman parte de una realidad cotidiana a la que el ojo esté acostumbrada, frente a esto Senosiain advierte que “el ser humano no debe desprenderse de sus impulsos primigenios, de su ser biológico. Debe recordar que él mismo proviene de un principio natural y que la búsqueda de su morada no puede desligarse de sus raíces; es decir, debe evitar que su hábitat sea antinatural”.
Dónde: Acueducto Morelia 26, Vista del Valle, 53296 Naucalpan de Juárez, Méx.
4. Polyforum Siqueiros
El legado de David Alfaro Siqueiros -muralista, comunista y revolucionario-, se encuentra impregnado en cada rincón de este impresionante foro. Aquí podemos admirar una pintura psicodélica fascinante que exterioriza no sólo las ideas del autor, también las del pueblo mismo en épocas de la re-evolución. La Marcha de la Humanidad es dicha opus magna, un mural de 237.60 metros cuadrados considerado hasta ahora como el más grande del mundo. En él, se retrata la evolución de la conciencia de libertad y de justicia en Latinoamérica, bajo hipnóticos trucos de perspectiva que distorsionan el diseño arquitectónico del espacio de manera que, las tres grandes pinturas que conformaron el mural desvanecen las aristas de la habitación para sumergir al espectador en la historia viva de un gran relato.
Dónde: Av. Insurgentes Sur 701, Nápoles, Benito Juárez, 03810 Ciudad de México, CDMX
5. Mercado de Jamaica
Un bazar especializado en flores nativas y plantas ornamentales. En este lugar se converge la psicodelia de su arsenal con flora de distintas especies (aproximadamente 131 de 93 géneros y 42 familias), y un poco de percepción lúcida de la vida cotidiana en los mercados de la capital. Además de fungir como laboratorio vegetal, el Mercado de Jamaica tiene su sección de piñatas que le dan una vista fractal y a la vez tradicional a su atmósfera.
Dónde: Guillermo Prieto 45, Jamaica, Venustiano Carranza, 15800 Ciudad de México, CDMX
6. La Ciudadela
También es un mercado, uno de artesanías elaboradas bajo métodos complejos de diseño mexicano. Fue fundada por indigenas en su mayoría provenientes del estado de Oaxaca que visitaban la ciudad en busca de mejores opciones para comercializar sus obras. Es considerado un “pueblito artesanal” en medio de la gran urbe del que miles de turistas estarían maravillados de sólo pasear por sus pasillos. Aquí se encuentran múltiples expresiones psicodélicas que también son sagradas, ejemplo de ello, las típicas artesanías de barro decoradas con cientos de colores, los bordados en cobijas, ropa y morrales hechos a mano; instrumentos musicales de cuerda como guitarras, ukeleles, violines y guitarrones, así como un millar de figuras, máscaras lúgubres y juguetes relacionados a los dioses naguales prehispánicos.
Dónde: Balderas S/N, Colonia Centro, Centro, Cuauhtémoc, 06040 Cuauhtémoc, CDMX
7. Barrio Chino
La mayoría de mexicanos conocemos este lugar, un micromundo asiático que se encuentra enclaustrado entre las calles del Centro Histórico de la ciudad. Sin embargo, pocos sabemos cuál es su origen; el Barrio Chino del DF data a la época porfiriana, cuando las persecuciones antichinas se volvieron un caos en la parte norte del país donde los foráneos trabajaban en el campo. Huyendo de toda esta cacería, se instalaron en la capital para fundar comercios , principalmente cafeterías y lavanderías, pero no fue sino hasta los años 40 que el restaurante Shan Ghai inauguró oficialmente el callejón como un sitio oriental en la ciudad.
Su extensión sigue siendo de tan sólo una calle, de hecho, se construyó para ser el barrio chino más pequeño del mundo. Tanto sus festivales culturales como el año nuevo chino se celebran prácticamente como al otro lado del globo: artes marciales, desfile de vestimenta china multicolor y por supuesto la lúcida danza de los dragones orientales. Un atractivo turístico sin duda altamente alucinante.
Dónde: Calle Dolores, Col. Centro, 06000, Cd. de México
8. Parroquia de San Juan Bautista
Geometría, espacio y espiritualidad. Coyoacán atesora las parroquias, catedrales e iglesias más oníricas de la ciudad, esto debido a que sus calles, parques y plazas aún conservan la arquitectura de la época colonial como si se hubiera construido ayer. La edificación sagrada más destacable, por esta ocasión, es sin duda la Parroquia de San Juan Bautista, un templo antiquísimo (data a 1528), construido posterior a la conquista española. A pesar de que su fachada es un tanto ordinaria, el interior es una obra de arte sacro-psicodélica; aquí deleitamos nuestros sentidos con una serie de patrones geométricos en arquitectura, cristales y decorados del tipo barroco.
Dónde: Ignacio Allende, Benito Juárez 8, Iztapalapa, 09400 Ciudad de México, CDMX
9. Museo del juguete antiguo de México
En este recinto se encuentran los juguetes más antiguos de la cultura mexicana, una increíble colección desde el siglo XIX hasta la década de los 80 que han sido recopilados en todo el país. Cuenta con más de 20,000 piezas para exposición y uno que otro objeto de la vida cotidiana desde los años 30 a los 90. En este recinto, diminutos y gigantescos juguetes estrafalarios conforman la colección (mexicana) de juguetes más grande del mundo.
Dónde: Calle Dr Olvera 15, Doctores, Cuauhtémoc, 06720 Ciudad de México, CDMX
10. Tepito
Tepito, el “Barrio bravo” de la ciudad es quizás, el máximo ejemplo de exteriorización de la conciencia colectiva mexicana. En el corazón de este emblemático barrio se encuentra un monumento para no olvidar un hecho trascendental sucedido a la llegada de los españoles: El asesinato del último tlatoani, Cuauhtémoc. La placa reza: Tequipeuhcan, lugar donde comenzó la esclavitud.
Gran parte de este suceso histórico demarco la transformación de México. Para bien y para mal, ahora forma parte de nuestra identidad como “raza cósmica” y esto, al momento de defenderse e imponerse, se entiende mejor en Tepito que en ningún otro lugar de la capital. El barrio tiene incluso hasta un lenguaje contracultural propio y toda una historia en sus procesos comerciales que empezaron con el trueque. Tepito no sólo es psicodélico en lo visible, también lo es en el significado mismo de la palabra –lo que manifiesta la mente-, o el alma, que en este caso es la de un barrio unido que no conoce el individualismo.
Dónde: C. Manuel Doblado 154, Tepito, Morelos, Cuauhtémoc, 06200 Ciudad de México, CDMX
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