Hace unos días, quienes nos dimos cita en el Cine Tonalá para disfrutar alguna de las dos funciones del episodio 3 de TNDMx (pronúnciese tándem-ex) salimos con sonrisas de oreja a oreja y los sentidos estimulados. Si hubo alguien que no, que levante la mano, yo le pago la terapia.
De alguna manera, sabíamos que así sería. Para esta tercera entrega de la serie de actividades bautizadas como TNDMx –por resultar poco elocuente el concepto de “festival” para expresar su impulso, propósito, duración y espíritu–, la promesa era que veríamos una selección de cortometrajes protagonizados por algunos de los mejores personajes animados según la célebre firma alemana Pictoplasma.
Quienes le han seguido la pista –lo mismo si se trata de diseñadores, ilustradores o artistas del pixel que de consumidores gourmet de golosinas visuales–, saben que Pictoplasma nació allá por inicios del milenio con la idea de constituirse como una plataforma que funcionara lo mismo como una extensa colección en línea que como un archivo de diseño contemporáneo de personajes.
Sus artífices, Peter Thaler y Lars Denicke, buscaban que Pictoplasma fuera una reacción a la abrumadora cantidad de figuras iconográficas que poblaban sitios web, espectaculares y empaques de productos. Su intención era conseguir una colección de personajes de estilo impecable, de magnífica calidad y que fueran más allá de las típicas mascotas anodinas y demás figuras que parecían mendigar simpatía.
Para el 2003, eran ya 1.500 artistas, diseñadores gráficos, animadores y compañías productoras de todo el mundo las que habían acudido al llamado y que pronto se encargaron de mostrar que la creación de personajes podía sortear clichés y llegar a convertirse en un entrañable lenguaje universal.
Así lo comprobamos la noche de este jueves, cuando transitamos de emoción en emoción conforme desfilaban en pantalla la travesía melancólica pero inspiradora del barquito creado por Nelson Boles, el trazo histérico de Peter Millard que actuaba de manera sinestésica con la música de Antonio Zimmerman, la tétrica pero adorable historia de Alberto Vázquez en la que dos ositos salen a cazar unicornios por lo suave de su carne y el delicioso sabor a arándanos de su sangre…
Quince trabajos de animación de creadores alemanes, canadienses, estadounidenses, japoneses, británicos y españoles se encargaron de funcionar a manera de aperitivo audiovisual para el cuarto episodio de TNDMx, a suceder el sábado en Sala (Puebla 186, Roma Norte), donde transitaremos nuevamente de atmósfera en atmósfera y entre estados de ánimo con Tomita –ganador #JukeMX que abrirá la noche–, The Last Faders, Métrika en plan full live band, Jessy Lanza, Dorian Concept o Soul of Hex hasta terminar en fiesta y baile guiados por Lindstrøm e Iñigo Vontier.
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