Una de las cualidades más inquietantes de la ciudad de México es la desigualdad de clases que pueden notarse incluso al interior de una colonia. En esta lógica, la Avenida Cuauhtémoc atraviesa dos de ellas, en algún sentido antagónicas: la Roma y la Doctores.
La Roma se ha convertido en los últimos años en un sitio para jóvenes, la mayoría de corte alternativo, que han hecho de esta su hogar, aunque aún conserva contados atisbos barriales. En cambio, la Doctores, es conocida por su marginación y peligrosidad, considerada, al menos, un tanto hostil.
Curiosamente, ambas colonias se rozan y conviven de cierta manera. Como una manera de unir estas diferencias y hacer notable este fenómeno de la ciudad de México, un festival intenta unir con el arte dos sitios cuasi contrarios: el festival Constructo reunió en abril pasado a al menos 25 artistas callejeros para llenar con el mismo número de murales ambas colonias.
El mensaje es que el arte urbano es un puente que no discrimina y que se manifiesta en todas las clases sociales. Los organizadores del lugar consiguieron los permisos para intervenir las paredes y además, asimismo modificar la cotidianidad de las personas.
También, uno de los tributos que más celebra este festival, es el carácter efímero de las obras, finalmente, no estarán ahí por mucho tiempo, dependerá de las condiciones del clima y el acercamiento y comportamiento de los propios colonos con las pinturas.
Aquí algunas de las obras:
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