Las fuentes, ese notable ejemplo de arquitectura sagrada que representa el origen de una civilización a lo largo del tiempo. ¿Y por qué específicamente ellas? La palabra fuente alberga un ciento de significados del que podemos destacar uno de los más primordiales: la fuente como centro de origen o nacimiento de un algo que ulteriormente fluirá para abastecernos de vitalidad; la raíz de un todo, el elemento sustancial del que un fruto -un ente-, se sirve para simplemente ser. Y es desde esta alegoría que parte la creación de dichos manantiales urbanos, fuentes que irradian historia a través de su arquitectura.
En la ciudad de México podemos deleitarnos con algunos de estos pilares que en épocas pasadas sirvieron no sólo como elementos decorativos de nuestras plazas, glorietas y demás espacios públicos, también fungían como instrumento para abastecernos de agua cuando no se contaba con ella en casa y como abrevaderos para caballos, burros, bueyes, entre otros animales. Se trataba de una construcción tan importante para nuestros ancestros como lo eran las tierras; recordemos que incluso Hernán Cortes, durante la conquista, se sirvió de una estrategia similar a la de tierra quemada pero a la inversa, para dejar sin agua a los habitantes de Tenochtitlán destruyendo las fuentes que propiciaban este elemento vital a la comunidad y así lograr su objetivo ambicioso.
A pesar de todo ello, las fuentes siguieron construyéndose (algunas enterradas para que no las encontrasen) y hoy en día somos dueños de un alucinante acervo fontanal, muchas de ellas consideradas emblemas de la capital. La siguiente lista de fuentes intenta reunir algunas de las más representativas; algunas prehispánicas olvidadas y sin embargo admirables, otras, construcciones coloniales o modernas que nos empapan de frescura bajo el clima (tro)picoso de la ciudad de México.
Fuente El Paraguas
(imagen metatron-galactron.com)
Situada dentro del Museo Nacional de Antropología, es una de las más hermosas edificaciones que se ha hecho en la explanada de un recinto artístico. Se trata de una inmensa columna de 28.70 metros con gran historia, pues sobre ella se encuentran tallados impresionantes relieves de bronce que simboliza la unión entre dos culturas. En ella podemos figurar, por un lado, las imágenes de: un águila (escudo nacional), los rostros de un indio y un español, el árbol de ceiba, el sol naciente, la espada (símbolo de conquista) y a los guerreros naguales del Águila y el jaguar; por el otro extremo encontramos la insignia de un átomo, la paloma de la paz, el sol poniente y los pies de los mismos naguales. A esta hermosa construcción también se le conoce como la sombrilla o el árbol.
Fuente de Salto del Agua
(foto: www.worldtravelserver.com)
Una de las más antiguas edificaciones fontanales de la ciudad en cuanto a historia refiere. La anterior fuente de Salto del Agua (la de hoy es una replica), junto a la ahora desaparecida Mariscala, fungieron como principales proveedores de agua para los habitantes de Tenochtitlán. En esta escultura se pueden avistar de abajo hacia arriba, dos niños montados sobre una especie de mamífero acuático que escupe a chorros el agua, al centro un águila aureolada y en su cúspide, dos mujeres que parecen abastecer de agua el gran fontanal, una con ropaje español y la otra indígena.
Fuente de la Diana Cazadora
Su construcción data a 1938. La Diana cazadora o flechadora de las estrellas del norte es un monumento precioso localizado sobre la avenida Paseo de la Reforma, en el cruce con avenida Sevilla. A sus pies se desborda un gran fontanal de tres aros que luce pigmentos multicolor al atardecer, una construcción Art Deco que hoy en día figura como uno delos principales emblemas de la capital. La musa de esta pieza fue una chica de 16 años que trabajaba para una oficina de Petróleos Mexicanos dirigida por Vicente Mendiola, entonces amigo del escultor de la pieza, Juan Fernando Olaguíbel. La obra representa la imagen viva de la diosa Artemisa.
Fuente de Mercurio
Es parte de la remodelación que se le hizo recientemente a la Alameda Central. Localizada al poniente de este parque, la fuente nos revela la imagen del dios mercurio que, mediante centelleantes chorros parabólicos a sus pies, se distingue, de manera casi celestial entre el aqua y el juego de luces. Es una obra del escultor Juan de Bolonia y una réplica de la escultura que se encuentra en el Museo del Bargello en Florencia.
Fuente de las Serpientes
(fuente: www.turimexico.com)
Las Serpientes es una de las obras más bellas y a la vez extrañas del DF. Una impresionante muestra escultórica de 8 cabezas de serpiente que apuntan al cielo (la más larga mide 8 metros). Ubicada entre avenida Revolución y Mixcoac, fue construida en el año 2000 con piedra de cantera sobre un inmenso jardín que alberga 3 palmeras a su alrededor.
Fuente de los Amantes
Detrás de una discreta fachada, una casa común de cualquier barrio de la ciudad, se encuentra un tesoro arquitectónico impresionante. La fuente de los Amantes es nada menos que un fragmento de la Casa de Luis Barragán, uno de los personajes más notables de la arquitectura moderna en todo el mundo. El fontanal de esta gran obra fue pensado y construido como abrevadero de caballos; posee una entrada latera para los jinetes y que éstos tuvieran la posibilidad de colocar al caballo debajo del chorro de agua que corre desde un acueducto trasero, de manera que simula una hermosa cascada minimalista. La casa-taller de Luis barragán es hoy un museo abierto al público.
Fuente de los Coyotes
(foto: www.miqueridocoyoacan.com)
Diseñada por el escultor Gabriel Ponzanelli, esta obra fontanal es la máxima representación de Coyoacán (lugar de coyotes), debido a sus inmanentes estatuas del animal que años atrás habitaba en gran cantidad la zona. La efigie, cubierta de diferentes chorros en forma de cúpula, se encuentra dentro del Jardín Centenario, hoy emblema del barrio colonial de Coyoacán.
Fuente de los Cántaros
Obra de José María Fernández Urbina, es también un emblema de su barrio, La Condesa, y un ejemplo inspirador de arquitectura Art Deco en la ciudad. En el corazón del parque México, colocada como blasón del famoso Foro Lindbergh, esta escultura nos refleja la imagen de una mujer (Luz Jimenez), una musa que abastece de agua el fontanal con dos cántaros.
Fuente del Chapulín
(foto: www.tripadvisor.com.mx)
La fuente del chapulín es una de las destacadas bellezas del Castillo de Chapultepec, un fontanal redondo que en su interior aguarda un pequeño y sin embargo místico saltamontes que ha sido un monumento muy acentuado no sólo en la zona de Chapultepec, también en la ciudad entera, siento éste una de tantas representaciones naguales de nuestros ancestros.
Fuente de Petróleos
(foto: www.publimetro.com.mx)
Gran manantial urbano y monumento que conmemora la expropiación petrolera en México en el año de 1938. Con 18 metros de alto, muchos mexicanos apuntan que se trata de una obra que representa la síntesis del arte mexicano del siglo XX (fechas en las que se dio, por ejemplo el movimiento muralista en la ciudad). La fuente también representa una oda a la industrialización del país.
*Otras fuentes simbólicas en la ciudad:
Fuente Paseo de la Reforma y Campos elíseos
Fuente de Paseo de la Reforma y Bucareli
Fuente del Museo Universitario de Arte Contemporáneo
Fuente del mercado de Cuauhtémoc
Fuente Acueducto y Chapultepec
Fuente de Insurgentes y avenida Quintana Roo
Fuente de las Américas (al Centro de la Alameda Central)
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