Imaginar el México de inicios del siglo pasado es memorar, como lo muestra luego la época de oro del cine en este país, al macho mexicano. Hacer un ejercicio donde encontramos a un escritor homosexual que crece y se desenvuelve en esta época es reconocer, quizá, que debió ser en algún modo como pesadillezco.
Hubo un personaje homosexual excéntrico, Salvador Novo, nacido en 1904, y reconocido por ser uno de los escritores más prolíficos y respetados de México, que quizá se salvó por esa cualidad para la opinión pública. Como lo aludiera Carlos Monsivais:
A los homosexuales con recursos, talento, ingenio y audacia, se les concede una ‘dispensa moral’, que sin aislarlos del todo jamás les permite la integración plena.
Sin embargo, aún con esa “dispensa moral”, la personalidad de Novo, y sobre todo algunos de sus textos, escandalizaron a una época; aunque sobre todo fueron abriendo una mentalidad incluyente hacia los homosexuales
Un artículo de la Jornada menciona que “con su literatura su literatura dinamita en varios sentidos las buenas conciencias, conduce a la desestabilización del culto machista”.
Las críticas que atraía Novo incluían hasta al muralista Diego Rivera, quien hizo un ensayo llamado “Arte puro: puros maricones”, en el que menciona (refiriéndose a Novo):
En México hay ya un grupo incipiente de seudo plásticos y escribidores burguesillos que, diciéndose poetas, no son en realidad sino puros maricones.
Novo provocó con sus textos, por ejemplo, con La estatua de sal, que es reconocida como una exposición de sus experiencias sexuales desde la infancia y juventud. De él se decía que fue «el homosexual belicosamente reconocido y asumido en épocas de afirmación despiadada del machismo» .
De una recopilación hecha por el sitio SDP sobre afirmaciones de la sexualidad de Novo por parte de otros intelectuales se desprende:
Su sátira le fue reconocida como la “salida del clóset más provocadora de la literatura de habla hispana, según Carlos Monsiváis.
Ejercitó las libertades sexuales y abrió un camino enorme hacia la visualización de los deseos que eran satanizados en esa época, describió el poeta Juan Carlos Bautista.
Novo fue pionero en la literatura urbana, poeta, dramaturgo, ensayista e historiador. Una de las mejores herencias de la literatura mexicana; también un singular parteaguas del movimiento homosexual en el país (quizá el primero y más representativo).
Estuvo orgulloso de sus inclinaciones en una nación que le hechaba en cara su condición. Su legado es poco conocido en una urbe como la ciudad de México, considerada progresista respecto a los derechos sexuales, pero esta y todos sus habitantes le deben bastante.
Hoy uno de los sueños que este escritor materializó, el teatro La Capilla, continúa existiendo con el nombre de Teatro Bar El Vicio: un sitio donde se hacen representaciones de cabaret y arte alternativo que agrupa libertades a las que él mismo ( y quizá sin saberlo) abrió camino…
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