Los gritos de la Ciudad de México, un mosaico vocal con tradición y armonía

Las ciudades poseen un sonido especial que puede llegar a formar armoniosos encuentros si se conjugan en un solo canal. Sonidos que nos alegran, nos hacen nostálgicos, nos emocionan, nos deleitan y por qué no, también nos relajan. Los sonidos callejeros nos hacen dar cuenta del presente cuando olvidamos que está ahí. Cada urbe es un ecosistema acústico en el que distintos sonidos luchan entre sí por distinguirse del ruido e implantarse en la mente de los paseantes. 

En la Ciudad de México, una con poco más 8 millones de habitantes, existe todo un folclor de armonías naturales: el sonido del organillero, las incalculables especies de aves, los fontanales y su imponencia,  los gritos de los comerciantes, los susurros de las personas…

El artista sonoro Felix Blume, de origen francés, inmortalizó el soundtrack de su lugar de adopción, la Ciudad de México, en un increíble mix que recopila el mosaico de sonidos que se pueden percibir en una cultura de “dos mundos”. Blume logra restaurar la atmósfera realista, precisamente porque hace a través de estos sonidos, música muy personal con gran intuición del momento. 

Además de proyectarle al mundo, las realidades qué aquí se conjugan, hace una sutil invitación a imaginarnos que somos parte de este soundtrack mexicano mientras caminamos por una calle angosta, en un carril infinito de comerciantes que se visualizan en todo tipo de colores y que figuran como un gran caos sonoro que culmina en una genial armonía vocal.

Más sobre Felix Blume.


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