Cuando comienzan a morir masivamente las neuronas conocidas como dopaminérgicas, entonces muchas personas comienzan a tener problemas serios de movimiento. Cuando sucede esto, la persona enferma de Parkinson, una enfermedad de lo más común, sobre todo en personas de la tercera edad y en muchos casos comienza desde los 50 y 60 años.
Hasta hoy una de las pocas soluciones para esta incurable enfermedad es un medicamento con dopamina, sin embargo esta suele oxidarse muy rápidamente, por lo que sus efectos se diluyen; pero esto podría cambiar gracias a un descubrimiento reciente de investigadores de la UNAM.
El equipo encabezado por Guadalupe Valverde Aguilar del IPN ha resuelto cómo encapsular moléculas de dopamina en un microrreservorio elaborado por la técnica sol-gel, con una base cerámica (dióxido de titanio, material biocompatible y de bajo costo. Esto ha hecho que el neutronasmisor se mantenga estable por periodos prolongados.
En el estudio fueron usadas algunas ratas en las que fue posible hacer que la presencia de la dopamina se prologara por hasta 2.5 años (el promedio de su vida). Lo más impresionante, es que al despertar del procedimiento quirúrgico las ratas mejoraron el deterioro motor preexistente, “no había temblor, rigidez ni movimientos lentos; el animal podía nadar, caminar y llevarse el alimento a la boca con cierta facilidad” según Valverde Aguilar.
El siguiente paso es probar la efectividad el método con primates y luego hacerlo con los humanos. De comprobarse que la dopamina tratada de esta manera es capaz de actuar en el organismo por mucho más tiempo, y con la efectividad comprobada en las ratas (recordemos que prácticamente recobraron su movimiento), entonces sería uno de los avances más importantes de la medicina contemporánea; millones de personas saldrían beneficiadas; es muy probable que así sea.
Leave a Reply