Cuando el “Doc” y Mcfly llegan al futuro, casi chocan con un auto volador. Pequeño detalle pero acertada predicción del director Robert Zemeckis sobre el 2015 y su aún primitiva experiencia en el manejo del vuelo. Los autos voladores se han imaginado casi desde que el propio vehículo fue inventado, sin embargo, ¿qué tan difícil puede ser conducir uno? Lo cierto es que no es nada fácil.
Podemos observar hoy en día que los accidentes siguen ocurriendo en automóviles con ruedas, los cuales funcionan bajo dos dimensiones. En el caso de los aviones, estos poseen una conducción tridimensional, lo que afirma notoriamente la opinión de la futurista y profesora de aeronáutica, Missy Cummings. Nos dice: la tecnología no es el reto más grande que enfrentamos en cuanto a aeronáutica doméstica se refiere, sino nuestro arraigado apego a conducir autos.
Dicho de otra manera, en 2015 sí existe la tecnología para crear transportes voladores, lo que aún no se tiene es el conocimiento sobre cómo manejar uno. Y es que con autos voladores la tecnología tendría que enfocarse más minuciosamente a la ingeniería civil y a la enseñanza del conductor. Pero mientras eso sucede se pueden utilizar transportes elevados, un medio que aún no es visible en la Ciudad de México, no por mucho tiempo.
Recientemente se dio a conocer el primer prototipo de transporte elevado que funcionará en la capital, un invento fantástico que además de ofrecernos la hermosa vista de nuestra ciudad, ayudará a trasladarnos, quizás, un poco más eficaz a nuestro destino.
El proyecto es de la Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación (Seciti) del gobierno del la ciudad, y se presentará oficialmente en noviembre o diciembre de este año. La idea surgió a partir del desarrollo de un elevador gravitacional, viendo la posibilidad de trabajar algo parecido en transporte horizontal.
No se trata de un teleférico, ya que éste avanza en pendientes y se utiliza mas bien como medio turístico. Por el contrario este nuevo prototipo constará de un sistema de cabinas o góndolas, que buscan emular el interior de un automóvil, recibiendo de dos a tres pasajeros por viaje. A pesar de ser reducido, se planea que permita la transportación de 23 millones de personas al año, en una línea de solo cinco kilómetros (Polanco-Santa Fé, por ejemplo). Las cabinas no irían ligadas por un cable o cadena, sino que se mueven sobre una pista tubular, similar a un monorriel.
Además de la efectividad y rapidez de este transporte, otro de los atractivos es el costo bajo de producción y funcionamiento, lo que lo convierte en una opción bastante viable para un futuro cercano en la Ciudad de México. No volaremos como en Back to the future pero flotar también suena interesante.
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