Se dice que la historia del Barrio Chino dio inicio con la primera llegada de los inmigrantes de China, que principalmente provenían de Cantón. A finales del siglo XIX, comenzaron a establecerse en estados como Baja California, con la ilusión de cruzar a Estados Unidos y empezar a trabajar para ganarse la vida.
Sin embargo, muchos no lo lograron y se plantaron en diferentes ciudades del estado de Sinaloa. Fue con la entrada del nuevo siglo y durante el gobierno de Porfirio Díaz que alrededor de dos mil setecientos chinos se vieron obligados a laborar en el ámbito agrícola de lugares como Sonora, Sinaloa, Oaxaca y Chiapas.
Pero según el historiador Francisco Ibarlucea, fue hasta 1925 que los primeros pobladores chinos llegaron a la Ciudad de México. La mayor parte de éstos, emigraban de lugares como Mexicali y Tijuana, pues fue necesario tras la detonación de los movimientos revolucionarios en el norte del país.
Cuando hablamos del Barrio Chino, no solamente hacemos referencias a un lugar que única y exclusivamente albergaba personas de este país. La realidad, es que en este pequeño barrio vivían inmigrantes coreanos, indonesios y filipinos.
Luego de la fundación de comercios, y con la llegada del restaurante Shan Ghai en los años 40, el callejón ubicado en la calle Dolores del Centro Histórico tomó el nombre de Barrio Chino.
30 años más tarde, para la década de los 70, este barrio ya se encontraba muy establecido. Su aspecto destacaba de los otros barrios, pues aunque se trata del más pequeño de la ciudad, es el único que cuenta con un auténtico estilo oriental en sus casas, sus callejones, sus tiendas y restaurantes.
El rojo es el color característico de estos rumbos, y las brillantes luces de las linternas que cuelgan en los establecimientos son las que añaden la tradición de una cultura como la china.
Las tres mil familias asiáticas que viven ahí, se han convertido en parte de la Ciudad de México. Tanto, que en 2006, el Jefe de Gobierno del Distrito Federal, Alejandro Encinas dio inicio con la etapa de rehabilitación del Barrio Chino. La calle que funcionaba para automóviles se transformó en una calle peatonal, también se instaló alumbrado público y se instalaron nuevas banquetas y hasta nuevas fachadas.
Fue en 2008 cuando el Arco Chino (Padoga) fue instalado en la entrada del Barrio. Y cabe mencionar, que dicha estructura fue obsequiada por el país natal de todos los inmigrantes.
Aunque actualmente se trata de un lugar turístico, donde cientos de personas lo visitan y disfrutan de los orientales diseños, el Barrio Chino fue, es y será el primer hogar en la Ciudad de México que vio la llegada de decenas de inmigrantes en busca de una mejor vida.
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