Para el mexicano la vida es comer, dice e uno de sus refranes: «A beber y a tragar, que el mundo se va a acabar», donde le importa más comer que cualquier otra cosa en la vida.
Dichos, dimes y diretes. El refrán es una oración que trata sobre sentencias, máximas, moralejas, proverbios, restricciones, consejos, todos embebidos en la cultura y la identidad que donde habitan y confluyen la expresión de una forma de pensamiento, con las tradiciones, sobre todo cuando hablan de comida.
El mexicano cree que «la vida es como una cebolla, uno la pela llorando» o que «la vida es como una receta de comida, el sazón tú se lo pones»; y junto con refranes como «la felicidad no tiene recetas»; «cada quien la cocina con su sazón» y «la felicidad no es cosa fácilmente digerible; la vida es, más bien, muy indigesta».
«Con la que entienda de atole, escoba y metate, con ella casáte», es un refrán ranchero, que sirve como consejo y recomienda casarse con una mujer ‘hacendosa’ que sepa limpiar y cocinar.
El atole –vocablo proveniente de la voz náhuatl atolli, se refiere a la bebida de maíz cocido– y el metate –palabra proveniente del náhuatl metatl que designa, a una «piedra cuadrilonga algo abarquillada en su cara superior, sostenida en tres pies de la misma pieza de la piedra, dos delanteros y uno trasero, formando un plano inclinado hacia delante, sobre la cual, con el metlalpil, las mujeres del pueblo muelen el maíz, el cacao y otros granos»– simbolizan las actividades más importantes que, a juicio del campesino mexicano (visión muy muy retro), ‘debe’ realizar en su hogar una mujer casada.
Según la Real Academia de la Lengua Española el refrán es «un dicho agudo y sentencioso de uso común». Los refranes son enunciados breves que transmiten un mensaje instructivo incitando a la reflexión moral e intelectual y generalmente anónimas, que «señalan una actitud que se debe adoptar en cada situación o, definen la razón de determinada conducta o, extraen las consecuencias de una circunstancia, entrañando en cualquier caso un fin didáctico y aleccionador y convirtiendo la anécdota humana en tema de reflexión».
Miguel Cervantes de Saavedra en Don Quijote de la Mancha, define refranes como «sentencias breves sacadas de la experiencia y especulación de nuestros antiguos ancianos» (2ª parte, Capítulo XVII).
El Refranero Gastronómico. El refranero mexicano es un compendio de lugares comunes, consejos, moralejas, dichos, retruécanos, refranes, giros lingüísticos y juegos de palabras característicos de México. En la gastronomía, como en otro lenguaje, se reflejan en los refranes y en las formas de preparar, las formas de comer, las variedades de comida las expresiones verbales y la idiosincrasia del mexicano.
Piensa que la comida es la cura de los males como lo expresa el refrán, «gástalo en la cocina y no en medicina» o ese que se refiere a la bebida «lo que no cura el aguardiente es cáncer» o, «para todo mal, mezcal; para todo bien, también.»
Los refranes son sentencias de la sabiduría popular o expresiones que sintetizan la forma de pensar del mexicano, reforzando la forma de ser y el carácter del mexicano en cada sentencia que pronuncia: «La mujer y la sartén en la cocina están bien» o «mujer que guisa se casa a prisa».
Otra vez reafirmando las condiciones sociales de hombre y mujer, los refranes mexicanos rebosan de referencias a alimentos, «la sonrisa es como la sal a la comida» o «la comida entra por los ojos». Y es que la comida es cultura, es la madre, el amor, la familia, la patria, amar a la comida y al lenguaje es ser «más mexicano que el chile piquín».
Twitter del autor: @SamZarazua
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