Todos conocemos el cuento de “La Bella Durmiente”. Es una joven princesa que se pincha el dedo y cae en un periodo de sueño. Sólo el indicado príncipe azul puede hacerla despertar, con un beso, claro.
Pues fue justamente este cuento el que Martín Soto Climent decidió utilizar para inspirar su más reciente obra. El mérito del artista es darle otra perspectiva a esta lectura infantil. A través de su colección, pretende hacer una analogía del ensueño.
Pero no cualquiera. Soto Climent quiere dar a conocer la etapa de letargo a la que está inmerso todo artista cuando realmente se sumerge en su trabajo. “Es un tiempo alejado de lo racional y la temporalidad productiva propia del sistema social”, explica Soto.
El artista mexicano y su instalación “La Bella Durmiente” no solamente constituyen un acercamiento a su proceso creativo, sino que también se trata de una ventana a los valores formales y estéticos de su carrera.
La pieza conduce una revisión de su producción artística mediante una selección de objetos que para él, tienen valor afectivo. Los aspectos que integran la instalación, su distribución y el montaje sugieren atmósferas oníricas que rompen con la estructura convencional y lógica de lo que conocemos como “la realidad”. Como el castillo de la historia, el espacio fue abatido por los efectos del tiempo y el espacio.
Por mencionar un ejemplo, las puertas que tradicionalmente son verticales, aquí Soto Climent las interviene de forma horizontal y en lugar de utilizarlas para abrir espacios las flota para que funcionen como mesas. Por otro lado hay jaulas y ventanas suspendidas que están afianzadas a la estructura original del edificio.
“La Bella Durmiente” tiene distintas lecturas de carácter artístico. Remite a los valores históricos del edificio del Museo Universitario del Chopo cuando anteriormente albergaba al Museo Nacional de Historia Natural, al colocar objetos en las vitrinas antiguas.
En el interior del recinto, el artista dispuso dentro de pequeñas vitrinas los diferentes objetos y creó relaciones pertinentes entre ellos. Se trata de un salón lleno de curiosidades, que está repleto de elementos que desafían la lógica de la utilidad.
Soto Climent explica que la exposición está estructurada pensado en el respeto de las características propias de la sala. Por este motivo, proyectó la instalación como un contenedor. “El trabajo que realizo siempre responde a las propiedades del espacio”. Para este proyecto, el artista conjuntó cosas que incluyen desde osamentas de animales, objetos cotidianos y esculturas de su autoría.
Museo Universitario del Chopo. Calle Dr. Enrique González Martínez No. 10, Sta. María la Ribera.
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