Tepito, ubicado en la Delegación Cuauhtémoc, es uno de los barrios más antiguos de la Ciudad de México.
Sus orígenes, se sabe, datan de tiempos prehispánicos en los que, probablemente, esta zona fue un islote cercano a la gran Tenochtitlán. Con el paso de los siglos, el área se ha convertido en uno de los vecindarios con más personalidad de nuestra ciudad, un lugar que vale la pena conocer por ser, entre otras cosas, un verdadero barrio popular mexicano.
El origen de su nombre ha sido objeto de leyendas, hipótesis y estudios de académicos e investigadores. En el siglo XX, el escritor Guetierre Tibón encontró que las palabras que daban nombre en náhuatl a la Isla de Pascua son Te Pito, frase que significa “el ombligo del mundo”, y que sugiere que en efecto esta zona fue una isla.
Cuentan las crónicas que en 1521, durante la invasión de los españoles a la capital azteca, la zona fue una trinchera de resistencia de Cuauhtemotzin, último tlatoani mexica, quien se resguardó ahí durante 93 días. Tepito se encontraba entonces en la frontera de Tenochtitlán y la ciudad de Tlatelolco. Se dice que el lugar donde hoy se encuentra el templo de San Francisco fue donde los invasores españoles le quemaron los pies al emperador.
Las fuentes que narran las historias previas a la conquista de Tepito son numerosas y se contradicen, por lo que es difícil conocer con exactitud el pasado de este barrio que existe entre mitos y leyendas. Tal vez, su magia reside precisamente ahí.
Escenario de películas, novelas y cuentos, conocido como uno de los principales mercados de fayuca y mercancías de contrabando de la Ciudad de México, Tepito ha sido el hogar de personajes célebres de la cultura popular mexicana como Adalberto Martínez “Resortes”, Mario Moreno “Cantinflas”, Francisca Viveros Barradas “Paquita la del barrio”; además de boxeadores de renombre internacional, atletas y luchadores famosos como “el Místico”, el “Santo y el futbolista Cuauhtémoc Blanco.
Si no es el ombligo del mundo, Tepito definitivamente representa una especie de centro, es una expresión pura y honesta de la cultura popular urbana —existe ahí, por ejemplo, un culto importante a la Santa Muerte—, la encarnación de la bravura del barrio popular mexicano y un símbolo de resistencia, desde su pasado prehispánico, hasta el día de hoy.
Twitter de la autora: @imissmaria
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