Sin duda se trata de una de las más grandes obras arquitectónicas del estilo neoclásico en el continente americano. Y aunque actualmente lo reconocemos por ser la sede de la Feria Internacional de Libro de la Ciudad de México, lo cierto es, que entre sus primeras tareas no se encontraba el albergue de libros.
Las fechas exactas varían, pero se estima que el diseño del Palacio de Minería fue elaborado a finales del siglo XVIII por el valenciano Manuel Tolsá. Sería hasta 1813 que el edificio tendría su inauguración como sede del Real Seminario y el Real Tribunal de Minería.
Fausto Delhuyar, el minerólogo, fue quien hizo la petición de un lugar para el Real Colegio de Minas de la Nueva España. Y tras adquirir el terreno con ayuda del virrey Juan Vicente de Güemes, la construcción dio comienzo de inmediato.
Recordemos que 1797 seguía siendo una época colonial, y la realidad de este periodo era que la minería funcionaba como principal actividad de ingresos económicos para el Imperio Español. Por este motivo, el Palacio de Minería se convirtió en el primer edificio diseñado exclusivamente para la enseñanza de la ingeniería y la metalurgia.
Se reconoce como una de las primeras instituciones de América en constituirse como un lugar de enseñanza y desarrollo tecnológico. La razón y el orden eran las premisas más importantes para alcanzar el conocimiento. Y este conocimiento era respetado por todos, pues era capaz de transformar la situación actual del país con los procesos científicos de los recursos mineros.
Estallan los movimientos de independencia, los cuales tienen lugar la primera mitad del siglo XIX. El Palacio de Minería se ve forzado a cerrar e incluso se considera como mansión imperial para Maximiliano de Habsburgo y su esposa Carlota. Sin embargo, en 1864 deciden hacer del Castillo de Chapultepec su residencia oficial.
Pasan las décadas, y el Palacio de Minería se convierte en la sede de instituciones como la Universidad Nacional, la Escuela de Ingenieros, el Colegio de Minas y el Instituto de Física de la Universidad Nacional Autónoma de México.
En 1867 regresa a su vocación original cuando recibe a la Escuela Especial de Ingenieros, cuya residencia en el Palacio de Minería tiene una duración de casi un siglo. Posteriormente, ya entrado en siglo XX, se dice que el edificio sirvió como alojamiento durante la Revolución.
Actualmente, el Palacio de Minería funciona más como un recinto. Forma parte del patrimonio de la UNAM, y en él se organizan diferentes eventos culturales, tales como la Feria de Libro.
Aquí se encuentra el Acervo Histórico, el Centro de Información, el Museo Manuel Tolsá, la Sociedad de Exalumnos de la Facultad de Ingeniería, el Colegio de Ingenieros Petroleros de México y la Academia Mexicana de Ingeniería.
Nadie puede afirmar qué hubiera sido del país sin el Palacio de Minería. Pero lo que sí se puede establecer, es que además de ser un edificio estético, también es un lugar que dio pie al desarrollo de la minería, la ingeniería y la tecnología no sólo en la capital, sino en toda la República.
Palacio de Minería
Calle de Tacuba 5, Delegación Cuauhtémoc, Col. Centro Histórico
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