“Corpus” La belleza de lo imperfecto exposición de Javier Marín en San Ildefonso

January, 2016

La perfección es muerte. La imperfección es el arte.

Manuel Vicent

La exposición Corpus de Javier Marín intenta generar un acercamiento a la realidad del cuerpo, a la perfecta imperfección. Reúne una serie de esculturas hechas con un material u otro: barro, bronce, resinas, madera, mezcla de resina con carne seca, para develar las posibilidades donde el cuerpo se convierte en materia, en forma, en texturas que se desbordan.

Dos décadas del trabajo del artista en donde la figura humana sirve como pretexto para enunciar que en la imperfección se atenta hacia lograr lo perfecto. ¿No es acaso el cuerpo humano la réplica de una estética del alma?

“Me interesa el vehículo que la escultura representa para acercarme a la gente que va a escuchar o tratar de entender o apreciar lo que yo hago. La figura humana es mi mejor aliado en eso. Creo que es una de las formas más identificables para cualquiera. Ejercer la libertad al máximo, la libertad que me da este trabajo que depende de mí, tiene que ver con tener la libertad de crear estos personajes que a lo mejor pertenecen a una raza fantástica”, ha dicho Javier Marín.

Esculturas que van desde los 5 centímetros, como aquella del bebé colgando en una pared totalmente negra con un pequeño ser alumbrado, casi como punto, casi como un feto, pero sobretodo como un ser perfectamente abarcable a la vista. Hasta la gran pieza que constituye a la mitad un ser humano hecha con madera, que pudiera recordarnos a un caballo de Troya.

Entre las dimensiones, los materiales, la correlación de estas figuras frente a otras, las alargadas sombras, la exposición se torna un viaje hacia lo íntimo, hacia el misterio y lo palpable, que al mismo tiempo subyace lo inalcanzable que contiene todo ser humano.

Javier Marín nació en Uruapan, Michoacán en 1962. Estudió Artes Pláticas en la UNAM, y ahora vive en la Ciudad de México. Ha trabajado como artista visual desde hace tres décadas, exponiendo en diversas partes del mundo. Sus piezas son partes de colecciones privadas y públicas. También ha recibido una serie de premios entre los que destacan Primer Premio en la Tercera Bienal Internacional de Beijing (2008) y la realización por concurso del retablo mayor y presbiterio de la Catedral Basílica de Zacatecas (2010).