¿Sabes en qué parte de la CDMX murió la Malinche?

Se dice que fue asesinada en la calle de Moneda, en la madrugada del 29 de enero de 1529. La Malinche dejó un mundo de traiciones y olvidos. Si bien ella es considerada como la mujer traicionera por excelencia, la Chingada, la realidad es que ella fue sólo una persona que reaccionó lo mejor que podía ante sus adversidades.

Malintzin tenía nueve años de edad cuando se le consideraba como una gran señora, una “cacica de pueblos y vasallos”. Sin embargo, su padre murió en el pueblo de Painalla, en la provincia de Coatzacoalcos –estado de Veracruz–. De acuerdo con Bernal Díaz del Castillo, se le consideraba como una gran señora, una “cacica de pueblos y vasallos”; sin embargo, ante las nuevas nupcias de su madre con otro cacique, se pensó en acabar con su vida pero al final decidieron regalarla a comerciantes de Xicalango.

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Terminó con los pochtecas, y éstos, a su vez, la intercambiaron con gente de Tabasco. Fue así que la llegaron a ofrecer a Hernán Cortés. Usada para el placer de los españoles, principalmente de Alonso Hernández de Portocarrero, la Malinche, ahora llamada Marina, fue bautizada bajo la religión cristiana.

Eventualmente su sangre de liderazgo provocó que llamara la atención de los españoles: ¿cómo era posible que una mujer pudiese hablar maya y náhuatl? De modo que Hernán Cortés la mandó a llamar para que le brindara guías de las costumbres indígenas, tradujera entre caciques y españoles y fuera su mano derecha en su travesía por la Nueva España. Así fue como Marina dejó de ser violentada constantemente a ser la inseparable compañera de Cortés. Ella le aconsejó que en Tlaxcala se cortaran las manos de los espías para que los indigenas respetaran a los españoles; en Cholula, avisó a Cortés de la conspiración que supuestamente los aztecas y los cholultecas planeaban en su contra; en México-Tenochtitlán, explicó las creencias religiosas y la visión fatalista que imperaban en la mente del soberano tenochca; en la batalla de la Noche Triste, peleó y ayudó a que los conquistadores europeos lograran salir vivos de la matanza.

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Una vez conquistada México-Tenochtitlan, Marina tuvo un hijo con Cortés, llamado Martín. Se piensa que, cuando Hernán Cortés casó a la Malinche con Juan Jaramillo para que él se pudiese casar con una española de familia acaudalada, ella mató al producto de su traición.

Poco después de la conquista, cuando Cortés estaba huyendo de un juicio que se declaró en su contra, mandó a matar a la Malinche por no recibir su ayuda. Fue así que Doña Marina murió, también traicionada, en su casa de la calle de La Moneda.

*Con información del libro Los Pequeños Secretos del Centro Histórico, de Elena Jiménez Castro Blaizac, CONACULTA.


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