En 1963, la Ciudad de México derrotó a Detroit, Lyon y Buenos Aires para ser sede de las olimpiadas de 1968. El gobierno decidió emplear a los arquitectos más destacados del país, entre concursos y comisiones, para edificar algunas de las obras arquitectónicas más importantes de la ciudad como el palacio de los deportes, la villa olímpica y la adecuación del estadio de ciudad universitaria.
Entre los edificios más significativos de la infraestructura construida para el evento deportivo está la alberca y gimnasio olímpicos, obra de Manuel Rosen Morrison en conjunto con Eduardo Gutiérrez Bringas, Eduardo Recaimer y Juan Valverde tras ganar el concurso por el proyecto.
La Alberca y Gimnasio en construcción
El esquema del conjunto es a la vez sencillo y espectacular, deja explícita la manera en la que la estructura del edificio funciona: dos larguísimas cubiertas catenarias suspendidas forman una doble curva sostenidas por columnas masivas de concreto a los extremos y en el centro. Con cien metros de largo, la cubierta de la alberca olímpica fué en su momento el claro más grande del mundo.
El proyecto para la alberca y el gimnasio quizás tomó como referencia dos obras importantes de la época que usaron el mismo método estructural y constructivo que consiste en soportes de concreto y tensores de acero para lograr grandes cubiertas sin columnas intermedias. Uno es el revolucionario diseño para el aeropuerto Dulles a las afueras de Washington D. C. terminado en 1962 obra del arquitecto finlandés Eero Saarinen. El segundo se trata del gimnasio nacional de Japón en Tokio, construido para las olimpiadas anteriores en 1964, diseño del ganador de Pritzker Kenzo Tange con el que Manuel Rosen trabajó mas tarde en el proyecto para la embajada de Japón en México.
Dulles International Airport de Eero Saarinen 1962 archdaily.com
Yoyogi National Gymnasium de Kenzo Tange para las olimpiadas de 1964 archdaily.com
El repertorio de profesores y colaboradores de Manuel Rosen, líder del proyecto, es uno de los más sorprendentes en México. Vladimir Kaspé, José Villagrán y Carlos Lazo fueron algunos de sus profesores y, entre arquitectura, interiorismo y mobiliario, colaboró con Augusto Álvarez, Mario Pani, Pedro Ramírez Vázquez y Florence Knoll, además de el legendario Mies van der Rohe y el antes mencionado Kenzo Tange.
Embajada de México en Japón, Kenzo Tange, Pedro Ramírez Vázquez y Manuel Rosen Morrison archdaily.mx
Los juegos olímpicos, uno de los momentos de historia moderna más importantes para el país, lograron demostrar sus pretensiones a través de sus mejores arquitectos al concebir grandes edificios. Hoy en día, deteriorado a pesar de recientes reformas, la alberca y gimnasio olímpicos son una gran pieza de equipamiento y un muy buen edificio para los habitantes de toda la ciudad.
Autor: Alvaro Araico Castant
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