Foto: Pável Canseco/eikon.com.mx
Sobre la historia de la quesadilla –ese híbrido de tortilla (originalmente de maíz), queso, y/o algún otro guiso mexicano con carne o pollo generalmente caliente– hay mucho qué contar. Y no está de más, ya que se trata de un alimento mexicano cuya base principal, la tortilla, existe desde épocas prehispánicas. Su sabor, cualquiera que sea su ingrediente interior, ha sido trascendental y hasta el día de hoy sigue siendo uno de los alimentos más populares de todo México.
Como bien se sabe, este y otros antojitos mexicanos derivados del maíz son ricos en carbohidratos, sin embargo la mayoría de sus grasas no provienen del alimento en sí sino de la grasa extra que se usa para cocinarlos. Te compartimos una tabla:
Pero este alimento también aporta otra cantidad de propiedades nutrimentales. Una buena quesadilla contiene tortilla de maíz, queso, pollo o carne y algunas veces algún tipo de verdura, ya sea la flor de calabaza, el epazote, el huitlacoche o incluso en presentación de una deliciosa salsa. A continuación la lista de nutrientes en porcentaje:
El maíz de la tortilla por sí sólo es muy bajo en colesterol y grasas saturadas, además de que contiene vitamina C, magnesio y fósforo. Con la llegada del trigo a América en la conquista, las quesadillas también fueron encontrando una receta alternativa a partir de tortilla de harina. Y aunque sigue siendo una quesadilla, se recomienda totalmente la versión en maíz, que además de ser más nutritiva, rescata la importancia del maíz, la planta más sagrada del México antiguo.
Con información de fatsecret.
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