Estudio-museo Anahuacalli: La casa rodeada de agua

“Diego no es derrotista, ni triste. Es fundamentalmente investigador, constructor, y sobre todo arquitecto. Es arquitecto en su pintura, en su proceso de pensar y en el deseo apasionado de estructurar una sociedad armónica, funcional y sólida.“

Frida Kahlo

Poco se conoce del legado de Diego Rivera como arquitecto y coleccionista. En Coyoacán se encuentra el Museo Anahuacalli en un terreno rodeado de pozos de agua, como su nombre en náhuatl lo indica. Esta obra arquitectónica del pintor y muralista fue planeada para albergar y exhibir la extensa colección de piezas prehispánicas que recolectó a lo largo de su vida.

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El proyecto, iniciado en 1943, está inspirado en los templos de la época prehispánica en México. El conjunto, al igual que en los recintos prehispánicos, se desenvuelve en torno a una explanada principal rematando al centro con un volumen piramidal que representa el templo principal. Este volumen de carácter monumental está hecho con piedra volcánica y se encuentra rodeado por una gran reserva natural que ocupa el resto del terreno. Desde la explanada se puede presenciar el museo como un espacio imponente que parece estar aislado de la ciudad e inmerso en la naturaleza, de nuevo haciendo referencia a las construcciones prehispánicas.

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Este volumen piramidal es donde se encuentra toda la colección, así como el espacio que estaba destinado a ser el taller de Diego Rivera. Los demás edificios que rodean la explanada albergan su colección de arte y las oficinas administrativas.

El volumen principal se divide en 3 niveles: el inframundo, la vida terrenal y el supramundo. Además, cada esquina del edificio representa uno de los 4 elementos de la tierra. El recorrido inicia por el primer nivel. Las ventanas cubiertas con alabastro dejan entrar muy poca luz del exterior logrando generar un espacio cerrado y obscuro que remite al inframundo. En los techos, Diego utiliza la técnica del mosaico colado haciendo representaciones de distintas imágenes prehispánicas que, en este nivel no tienen mucha claridad ni colorido ya que aún no tenía un dominio de la técnica.

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Entrando al segundo nivel, la ausencia de alabastro en las ventanas permite una mayor entrada de luz. Se logra una atmósfera que se asemeja a la vida terrenal, mucho más colorida e iluminada. Se puede apreciar la perfección de la técnica del mosaico colado en los techos, utilizando ahora colores al igual que en el piso.

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Llegando al tercer nivel, las aperturas de las ventanas se vuelven mucho mayores. Ahora se hace referencia a la vida celestial por medio de espacios abiertos y completamente iluminados. En este nivel es en donde se encuentra el taller de Diego Rivera. Un espacio rectangular de doble altura con ventanales que van de piso a techo y que exhibe algunas muestras de sus murales más conocidos y controversiales, como “Pesadilla de guerra, sueño de paz“.

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Al llegar la muerte del pintor en 1957, el proyecto tuvo que ser terminado por la hija del pintor y el arquitecto Juan O’Gorman, con quien Diego había trabajado tiempo antes para la construcción de su casa-estudio en San Angel. Algunos espacios que habían sido planeados por Diego Rivera tuvieron que adecuarse para la funcionalidad del museo.

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Actualmente, el museo se encuentra intervenido tanto en el interior como en la explanada por piezas de la artista Betsabeé Romero, quién realiza esculturas utilizando materiales de legado prehispánico como es el hule y el chicle. Este museo es un proyecto relevante de arquitectura mexicana por la manera en que logra fusionar la modernidad de la época con las raíces culturales de México retomando la arquitectura mexicana prehispánica.

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Dirección: Museo 150, San Pablo Tepetlapa, 04620 Ciudad de México, CDMX

Web y Reservas: https://www.museoanahuacalli.org.mx/

Habitual Taller de Arquitectura

Texto y fotos: Marcela Olmos Pérez


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