“Un director no debe sudar mientras dirige; es el público quien debe hacerlo”. Ese fue uno de los consejos que el gran compositor Richard Strauss dio a Hans Knappertbusch, quien destacó como director en interpretaciones del propio Strauss y, sobre todo, de la música de Richard Wagner. Strauss mismo conocía bien el oficio de director de orquesta y se cuenta que sus interpretaciones de algunas sinfonías de Mozart fueron legendarias.
Más allá de la anécdota, la recomendación del músico nos sirve ahora para hablar de Valery Gergiev, uno de los directores vivos más pasionales de nuestro tiempo, ruso de origen y actualmente director principal de las orquestas del Teatro Mariinsky y la Sinfónica de Londres. Gergiev es, para decirlo con cierta lasitud, uno de esos directores románticos que confía más en la sensibilidad, en el arrebato del que la música es capaz y que, por ello mismo, se sirve del director y su orquesta únicamente como vehículo, como un medio por donde transita la fuerza de su ímpetu. Al respecto, en el material adicional de una grabación realizada al frente de la Orquesta Filarmónica de Rotterdam, dijo Gergiev:
Para un director es una cuestión de cómo utilizar su personalidad y su formación, la fuerza de su carácter, para que los músicos se involucren pronto en la atmósfera de una pieza. En realidad no importa qué tan bien mueva sus manos. Eso debe estar en tu cara, en tu expresión.
En este sentido, el ruso es heredero de esa tradición de directores que consolida una comunicación inusitada y vehemente entre todos los elementos involucrados en la interpretación de una obra, desde el primero de los músicos hasta el asistente sentado en la última butaca de un auditorio. No por casualidad, entre sus interpretaciones más celebradas se encuentran las del repertorio post-romántico (Mahler y Rajmáninov, especialmente) y las piezas de ballet de Igor Stravisnky, en las que el vigor emotivo es un componente fundamental.
Próximamente, en la ciudad de México tendremos la oportunidad de escuchar en vivo a este gran director. Del 1 al 3 de marzo, la Orquesta del Teatro Mariinsky visitará por primera vez nuestro país y se presentará en el Palacio de Bellas Artes.
En esta visita, además de Gergiev, la Orquesta viene acompañada de Elim Chan como directora invitada y los solistas Behzod Abduraimov (piano) e Ivan Karizna (violoncello), quienes interpretarán tres programas que incluyen obras de Shostakóvich, Rimski-Korsákov, Sergei Rajmáninov y Prokófiev. Para conocer los detalles te sugerimos consultar el sitio de el Palacio de Bellas Artes.
Sin duda una presentación que ningún amante de la música debería perderse.
Leave a Reply