Foto por Toni Francois instagram.com/tonifrancois/
Este 9 de marzo, la Ciudad de México despertó coronada por un inmenso arcoíris que parecía atravesarla de parte a parte, fenómeno causado por la llovizna que desde ayer en la tarde se ha presentado con intermitencias en el Valle de México.
Si bien nos encontramos ya a punto de entrar a la primavera –estación que asociamos con temperaturas cálidas, días soleados, floraciones e incluso enamoramientos– el invierno parece decidido a no irse sin una buena despedida, que en esta ocasión nos llega bajo la forma de la tormenta invernal número 11 y el frente frío número 44.
Como resultado de estas condiciones meteorológicas, además del arcoíris, esta mañana se distinguió también por ser una de las más claras en lo que va del año. La luz, la limpieza del cielo, el empuje del viento, el agua atravesando el horizonte: todo contribuyó para crear las condiciones de un día inusual, distinto, digno de cualquier paisaje de José María Velasco, y, por encima de todo, inesperadamente hermoso.
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