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La historia de una de las primeras casas del Paseo de la Reforma

Conoce la fascinante historia de la residencia de Don Thomas Braniff en el Paseo de la Reforma.

 

Thomas Braniff era hijo de inmigrantes irlandeses, que nació en Nueva York y llegó a México en 1863 al ser contratado para trabajar en la construcción del Ferrocarril Mexicano.

Braniff trabajaba como empleado en una compañía llamada Smith Knight, justo cuando ésta firmó un convenio con la empresa de Antonio y Manuel Escandón para la instalación de las vías mexicanas durante el Segundo Imperio. Aprovechando su puesto, Thomas Braniff introdujo mercancía extranjera de lujo. Y cuando el régimen monárquico de Maximiliano de Habsburgo fue derrotado, Braniff logró convertirse en accionista y más tarde en director de la empresa que finalizó las obras del Ferrocarril Mexicano.

Al empresario le tocó vivir el Imperio de Maximiliano. Y al ser el ingeniero de la construcción del ferrocarril, también fue partícipe con Luis Bolland Kuhmackl del trazo y nivelación del Paseo de la Emperatriz, que hoy conocemos como el Paseo de la Reforma.

En 1874 fue el año en que recibió su puesto como director de Ferrocarriles, el cual conservó hasta poco tiempo antes de su muerte. A Thomas Braniff se le atribuyen muchas de las estaciones que dieron importancia al sistema de transporte en el país.

Durante el porfiriato, Thomas Braniff formó y consolidó su gran fortuna y con el tiempo se convirtió en uno de los empresarios más importantes de México.

Cabe mencionar, que desde 1866, don Braniff había recibido como Reconocimiento Imperial un “dominio llano de 500 varas” en el Paseo de la Emperatriz. Pero fue 20 años más tarde que Thomas Braniff y su esposa Lorenza Ricard decidieron dar inicio a la construcción de su residencia.

La obra corrió a cargo del arquitecto inglés Charles James Scultorp Hall, quien era miembro del Royal Institute of British Architects y que ganaría su fama por ser el autor del edificio de Ayuntamiento en Puebla en 1897.

El proyecto alcanzó los 4,300 m2, con la fusión de otros terrenos que el matrimonio había adquirido durante su época como accionistas. Para Israel Katzman, el cronista de la arquitectura mexicana, la casa fue un “eclecticismo afrancesado” que marcó un parteaguas en la arquitectura de la Ciudad de México por sus fachadas al estilo inglés.

Este proyecto despertaría la atención estética de profesionales como Antonio Rivas Mercado, Eleuterio Méndez, Emilio Dondé, Manuel Gorozpe, HugoDomer y Mauricio Campos.

La imponente construcción constaba de 34 habitaciones y jardines muy grandes, que fue un ejemplo la urbanización que se esperaba para el nuevo siglo. La casa tenía dos entradas sobre Paseo de la Reforma, interiores sumamente elegantes, además de un enorme balcón y un extravagante pórtico de carruajes.

Fue por muchos años la única edificación de ese tramo en la gran avenida, pero para 1912, ya se habían levantado diferentes construcciones que hicieron del Paseo de la Reforma una calle habitada y transitada.

Lamentablemente, en 1932 la casa fue vendida y demolida. Ahora se encuentran unos edificios de departamentos en Reforma 27, el lugar donde se levantó una de las casas más hermosas de la Ciudad de México.

Fuente: Grandes casas de México


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