Una fecha tan mítica como el 6 de enero de 1895 –la primera vez que un automóvil circuló por las calles de la Ciudad de México– no se olvida fácil.
Son varias las fechas que han quedado grabadas en la memoria colectiva debido a que en ellas se dieron hechos históricos y también hay algunas fechas que por diversas razones no son tan recordadas a pesar de que en ellas sucedieron cosas que definitivamente cambiaron de alguna forma el curso de la historia de una ciudad, uno de esos casos es el del 6 enero 1895, día en el que pasó algo que no era tan común en aquella época en la Ciudad de México y que en estos días es algo de lo más normal. En la fecha citada es conocida por algunos por marcar la primera ocasión en la que un automóvil recorrió las calles de la capital mexicana.
En una etapa de la ahora llamada CDMX en la que ni siquiera existían muchos caminos adecuados para circular con un automóvil -salvo por ciertas zonas del Centro Histórico– y en la que uno de los transportes más modernos a los que uno podía tener acceso era un sencillo carruaje que era jalado por caballos, la Agencia de Ingenieros Basave, Robles Gil y Zozaya fue responsable de lograr que el primer auto llegara a la Ciudad de México durante el primer mes del año 1985 para que un hombre hiciera historia, sin querer.
Fernando de Teresa era el nombre del primer orgulloso y feliz propietario de un automóvil en la ciudad y, obviamente, lo primero que hizo al tener su nueva adquisición fue exactamente lo mismo que cualquier otro hubiera hecho en su lugar: subir a su reluciente y ostentoso vehículo para dar una vuelta de prueba por las calles, dejando seguramente boquiabiertos a los testigos de su paseo nocturno a lo largo de las calles a una velocidad de 16 kilómetro por hora, aunque la velocidad era lo de menos en ese momento, pues lo verdaderamente importante era el suceso en sí.
Aquel primer recorrido histórico en un auto significó el principio de una era de modernidad en la que poco a poco -de hecho con el pasar de algunos años- más personas se fueron haciendo de su propio vehículo motorizado para también recorrer la Ciudad de México y, en la mayoría de los casos, su uso se aprovechó principalmente para fines prácticos de movilidad y transporte más que para viajar con estilo.
Es interesante pensar cómo fue ese día en el que un automóvil fue visto circulando por primera vez en la ciudad, una en la que actualmente hay muchos autos por donde quiera.
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