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Conoce la increíble historia de la Sala de Armas de Porfirio Díaz

El presidente mandó realizar un diseño excepcional para su sala de armas.

 

Durante la época de su mandato, el presidente Díaz pasaba su tiempo en tres diferentes lugares. Los asuntos políticos los llevaba a cabo en el Palacio Nacional, las jornadas de descanso las tomaba en el Castillo de Chapultepec, y era una casa en la calle de Cadena donde Porfirio Díaz vivía al lado de su esposa.

Cabe mencionar, que posteriormente el Castillo de Chapultepec se convirtió en su vivienda. Sin embargo, la residencia en Cadena 8 siempre estuvo habitada y jugó un importante papel en la vida de Porfirio Díaz.

Este edificio contaba con un diseño simple, estaba compuesto por dos propiedades que sumaban cinco patios. Antonio Rivas Mercado fue el responsable de aquella decoración en 1889, pero 20 años más tarde la casa tendría una intervención que corrió a cargo de Pellandini.

La Sala de Armas fue propuesta por el presidente Díaz desde 1885, pero no fue hasta 1904 y a instancia del ministro de Instrucción Pública, que Porfirio Díaz mandó al pintor Antonio Fabrés hacer un diseño muy diferente para esta habitación.

El ostentoso cuarto era de casi 150m² y contaba con iluminación cenital. El lugar se forró con lámina de cobre bruñido y decoraciones en yeso, madera tallada, acero y cristal. Centenas de armas estaban postradas en los rincones del salón, entre las cuales destacaban algunas lanzas, espadas, armaduras, mosquetones, fusiles, cañones, espetones, espingardas y más. Por otro lado, había yelmos a la manera medieval, una mesa para trabajar, cuatro exhibidores y una peana para velar las armas.

El estilo de la Sala de Armas correspondía a la Modernidad que en Europa causaba furor desde 1890. Se le conocía como Art Nouveau, pero el catalán diseñador Antonio Fabrés lo denominó como “modernista”.

Fue gracias a él que las imágenes de la obra existen, pues el artista envió fotografías de su trabajo en México al rey de España como evidencia. En 1906, el secretario particular del rey llamó al acervo fotográfico una “Curiosa autobiografía gráfica”.

Cualquiera que entrara al Salón de Armas quedaba maravillado con el diseño. Las puertas de ingreso se colmaban con elegancia, y es que los cristales, las espadas y la piel de un tigre de Bengala añadían sofisticación a todo el recinto.

Lamentablemente, la casa en Cadena 8 fue destruida 40 años después de la renuncia del presidente Díaz. Muchos muebles fueron vendidos, pero el destino de la Sala de Armas sigue sin ser resuelto.

Fuente: Grandes Casas de México


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