20 películas de la época de oro del cine mexicano (online)

A lo largo de su prolífica historia, el cine mexicano ha pasado por diversas etapas de las cuales algunas han resultado mejores que otras y entre las que sobresale su llamada época de oro.

Entre mediados de los años 30’s y principios de los 60’s, la industria cinematográfica mexicana pasó por uno de sus momentos más altos en cuanto a niveles de producción y calidad se refiere, obteniendo el reconocimiento a nivel internacional y un éxito considerable entre el público que acudía religiosamente a las salas de cine para ver aquellas películas que llegaron a ser tan populares, además de ser con las que alcanzaron la fama estrellas de la talla de Pedro Infante, Jorge Negrete, Dolores del Río, María Félix, Arturo de Córdoba, Pedro Armendáriz, Germán Valdés “Tin Tan”, Marco Antonio Campos “Viruta”, Gaspar Henaine “Capulina”, Mario Moreno “Cantinflas” y Silvia Pinal, sólo por mencionar algunas. No cabe duda que la Época de Oro del Cine Mexicano dejó un importante legado.

 

Ahí está el detalle (1940)

Para la crítica especializada y el público en general, ésta es por mucho la mejor cinta de “Cantinflas”. El protagonista va a casa de su novia, quien es sirvienta en una mansión, para cenar de manera gratuita y tiene que ganarse la cena cuando ella le pide que mate al perro de la familia debido a que tiene rabia. 

 

Doña Bárbara (1943)

Bajo la dirección de Fernando de Fuentes y con María Félix y Julián Soler en los papeles protagónicos, este drama romántico se basa en la novela homónima de Rómulo Gallegos. Ésta es la historia de una mujer rica con un pasado traumático que no duda en usar a los hombres para su beneficio personal.

 

Los tres García (1946)

Luis Antonio (Pedro Infante), José Luis (Abel Salazar) y Luis Manuel (Víctor Manuel Mendoza) son tres primos que se la pasan peleando todo el tiempo y que sólo pueden ser controlados por su abuela, una mujer de armas tomar y con carácter fuerte a la que no le da miedo casi nada. La llegada de la prima Lupita (Marga López) causa que los tres García protagonicen una nueva pelea que esta vez es por el amor de ella.

 

La diosa arrodillada (1947)

María Félix y Arturo de Córdova protagonizan este filme sobre un millonario que se ve obligado a casarse con su amante luego de la muerte de su esposa bajo condiciones sospechosas. La diva mexicana se convierte en el objeto del deseo de un hombre que termina cayendo ante sus encantos. 

 

Gángsters contra charros (1947)

Juan Orol dirige y protagoniza esta película de culto en la que el gángster Johnny Carmenta pretende a una rumbera que es pareja de un sujeto que es conocido como El Charro del arrabal, a partir de esta situación se genera un conflicto constante entre ambos personajes.

 

Nosotros los pobres (1947)

Este melodrama urbano marca la primera ocasión en la que Pedro Infante interpretó al emblemático personaje de Pepe el Toro, un honrado carpintero de clase baja que cautivó a muchas al cantar el tema “Amorcito corazón”. 

 

Angelitos negros (1948)

La cinta es protagonizada por Pedro Infante, quien interpreta a un padre orgulloso de su hija mulata, una niña atormentada por el racismo de su propia madre, una mujer rubia y rica que desprecia a la raza negra. Se trata de un drama que definitivamente marcó época y que en su momento dio mucho de qué hablar. 

 

Calabacitas tiernas (1948)

Una de las comedias situacionales más divertidas de la época, protagonizada por Germán Valdés “Tin Tan”, quien debe suplantar a un empresario buscado por sus acreedores. En medio de la situación, el comediante monta un espectáculo con tres bellas bailarinas que pelearán por su amor. 

 

Salón México (1948)

Uno de los clásicos de la época, la cinta que fue dirigida por Emilio “El Indio” Fernández y fotografiada por Gabriel Figueroa. Retrata la historia de Mercedes, una joven cabaretera que debe trabajar para sostener los estudios de su hermana menor. 

 

Los tres huastecos (1948)

En esta cinta, Pedro Infante se enfrenta al reto de interpretar los tres papeles protagónicos. Se trata de tres hermanos que fueron separados y criados de maneras distintas, uno es un sacerdote, otro es un militar y el último es un criminal buscado. El actor se luce interpretando a tres personajes diferentes y a cada uno le otorga un toque propio.

 

Aventurera (1949)

Pieza icónica del llamado “Cine de Rumberas”, es protagonizada por la cubana Ninón Sevilla, quien da vida a Elena Tejero, una joven desamparada que cae en las garras de un explotador sexual y termina trabajando en una casa de citas.

 

Doña Diabla (1949)

Una de las cintas más recordadas de “La  Doña” María Félix, quien interpreta a una mujer divorciada que conoce el poder de su belleza, sabe que los hombres pelean por ella y lo disfruta, hasta que se enamora de Adrián, un hombre vividor que se aprovecha de ella. 

 

El rey del barrio (1949)

En esta película, “Tin Tan” interpreta a un Robin Hood de esa época que roba a mujeres millonarias. En la cinta el comediante comparte créditos con Silvia Pinal, así como con sus cómplices “Vitola” y “Marcelo”.

 

Los olvidados (1950)

Luis Buñuel dirige esta joya del cine mexicano que llegó a ganar el premio a Mejor Director en el prestigioso Festival de Cannes, además de otros importantes reconocimientos. Con el toque surrealista característico del visionario director, este crudo relato se centra en un grupo de niños y jóvenes marginados de la Ciudad de México cuyos destinos quedan sellados por la tragedia en medio de un desinterés general de parte de los demás que están a su alrededor.

 

¿Qué te ha dado esa mujer? (1951)

Pedro Infante y Luis Aguilar regresan respectivamente como Pedro Chávez y Luis Macías en esta secuela de A.T.M. A toda máquina! para dar un nuevo paso en su amistad a través de una comedia musical llena de galantería, actrices bellas y canciones que siguen siendo recordadas por varios en uno que otro momento amargo.

 

Dos tipos de cuidado (1952)

La razón principal por la que esta cinta ha quedado grabada en la memoria colectiva es que, además de ser bastante entretenida, funcionó para reunir en la pantalla grande por primera y única vez a dos de los máximos ídolos de aquella época: Pedro Infante y Jorge Negrete. En esta comedia dos rancheros van de amigos a enemigos y viceversa debido a diversas circunstancias que se presentan en las vidas de ambos. También tiene su buena parte musical, ¿cómo olvidar ese duelo de coplas entre Jorge Bueno y Pedro Malo? 

 

Tizoc: Amor indio (1957)

“Yo ti quero más que mis ojos, pero quero más a mis ojos porque mis ojos ti veron”, si esto les suena conocido es debido a que se trata de parte de la icónica canción que es interpretada por Pedro Infante en algún momento de Tizoc en la que es una de las escenas más recordadas del cine mexicano. Se trata de la trágica historia de amor entre el indio y una mujer criolla, interpretada por María Félix.  Ganó un Globo de Oro en la categoría de Película en Habla no Inglesa y su actor principal se hizo del reconocimiento en el Festival de Cine de Berlín.

 

La Cucaracha (1958)

Con un elenco de lujo que incluye a María Félix, Dolores del Río, Emilio “El Indio” Fernández, Pedro Armendáriz, Ignacio López Tarso, Antonio Aguilar y Flor Silvestre, se narra una historia que se lleva a cabo en medio de la Revolución Mexicana con un triángulo pasional incluido entre personajes tan fuertes como peligrosos sin importar su sexo.

 

Macario (1959)

Ignacio López Tarso le da vida a un indígena llamado Macario, quien protagoniza una historia que se desarrolla durante la época del virreinato de la Nueva España en plena víspera del Día de Muertos. Mientras avanza la cinta, en ésta aparecen personajes como el Diablo, Dios y la Muerte. Es la primera película mexicana en haber sido nominada al Oscar en la categoría de Lengua no Inglesa.

 

El ángel exterminador (1962)

Luis Buñuel dirige a un elenco encabezado por Silvia Pinal en este filme en el que un grupo de burgueses de la Ciudad de México es invitado a una cena en una mansión. Todos los invitados quedan atrapados en una habitación sin poder salir de ella por una razón desconocida y conforme avanza el tiempo las buenas costumbres quedan atrás ya que todos comienzan a comportarse de una forma más salvaje.


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