La juventud, en general, está marcada por una insistente búsqueda de identidad propia, como si se tratase de una fuerza explosiva que surge desde las regiones cerebrales más primitivas del humano; como si fuera una incógnita que insiste en convertirse en una profesión que requiere años de práctica; como si desearan deshacer lo establecido para crear algo propio, único, irrepetible.
Quizá una de las preguntas más importantes a reconocer de la juventud es “¿quién soy yo en realidad y cómo quiero expresárselo al otro?”. Y es a partir de esta inquietud que surgen movimientos sociales en donde se necesita desarrollar valores, opiniones e intereses propios, sin limitarse a repetir los de la familia ni de la sociedad tradicional. De cierto modo se trata de una manera de descubrirse, sintiéndose orgullosos de su ser alternativo frente a una sociedad sin sentido.
Y al menos en la ciudad de México, la juventud capitalina entra en una etapa de crisis de identidad, resultando, de alguna manera, en una revolución social y personal. Así que cada fin de semana de los últimos 30 años, esta juventud de punketos, skinheads y góticos se reúnen en el Chopo para hacer una declaración de su identidad: “éste soy yo, y no estoy solo”. Es su resistencia frente a los conflictos políticos y sociales que azotan, cada vez más, al país que les da cobijo.
Bajo la lupa fenomenológica, Michael Maher reporta este movimiento social de la juventud mexicana a través de este video. ¿Quiénes son estos personajes alternativos que reclaman, con una fuerza arrebatadora, tanto el reconocimiento como la integración a la sociedad? ¿Qué están buscando a la hora de sólo estar –sin más– en un mercado tan particular como es el del Chopo? ¿Cuáles son las implicaciones socioeconómicas y políticas que producen estos seres en búsqueda de una respuesta de identidad? Todo ello, Maher lo definió en un cortometraje que tituló Mexico’s Urban Youth Culture Explosion, como una manera de revaluar la esencia de la juventud mexicana como una granada a punto de explotar.
Pasear por el Chopo en fin de semana es traer a la consciencia no sólo la diversidad de nuestra sociedad, también la necesidad de respeto, integración y comprensión que todo ser humano necesita por la simple cualidad de serlo. Es ver más allá de los prejuicios, y dejarse cautivar por esta demanda de ser visto y escuchado por los otros sectores que influyen en el bienestar del país.
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