El recinto que mantiene viva la antigua tradición de la comunicación es el Museo del Telégrafo.
Los antecedentes del Museo del Telégrafo se remontan a la construcción del Palacio de Comunicaciones, la cual se llevó a cabo entre los años 1904 y 1911. Se trata de la obra más popular del arquitecto de origen italiano, Silvio Conttri, quien con su diseño logró un palacio moderno en estructura y función. Y a que su vez, contaba con antiguas tradiciones arquitectónicas, desde la decoración hasta el simbolismo.
La inauguración del edificio tuvo fecha en 1912, y el inmueble fungió como la sede de la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas hasta 1955, que fue el año en que la construcción del nuevo centro de la institución culminó en la Colonia Narvarte.
Cuando la Secretaría se mudó de la edificación, en el palacio original solamente permaneció la Administración Central de Telégrafos. Numerosas zonas del lugar quedaron abandonadas por años. No fue hasta 1973 que se le dio una nueva tarea y función al majestuoso palacio.
Se instaló dentro de los pasillos y paredes del inmueble el Archivo General de la Nación. Y allí permaneció cerca de ocho años, hasta que se trasladó a la Antigua Penitenciaria de Lecumberri. Durante esa época de cambios y por decreto del entonces presidente José López Portillo, el palacio sería destinado al Instituto Nacional de Bellas Artes para crear el Museo Nacional de Arte (MUNAL).
Fue apenas una década que el museo permitió la creación de un ala del palacio, para instalar la muestra permanente de la historia del telégrafo en México. Cabe mencionar, que pese a todas las mudanzas y cambios que se llevaron a cabo en el edificio, los telégrafos fueron los artefactos que nunca dejaron aquel inmueble.
Por este motivo, además de pertinente, parecía casi necesario realizar un ala que estuviera dedicada únicamente a una importante tradición cuando de comunicación en la Ciudad de México se trata.
Desde que el telégrafo arribó a nuestro país, éste se convirtió en un elemento clave para la definición de la historia nacional. Fue el primer medio de comunicación instantánea a distancia, lo cual revolucionó la forma en la que se compartía información en la época. Aquel periodo fue vital para el desarrollo de una sociedad moderna.
A través de una impresionante colección de telégrafos de distintas décadas, el museo busca exponer el origen, desarrollo, evolución y trascendencia del telégrafo. Fue un aparato que durante 150 años facilitó el intercambio de información durante los momentos históricos más importantes del país.
Entre las paredes del recinto, se exhiben telegramas como el aviso del envenenamiento del general Miguel Miramón, noticias urgentes de carácter presidencial y mensajes ocultos de la Revolución Mexicana.
De igual manera, además de telégrafos, se pueden apreciar oficinas donde solía llegar y enviarse la información, así como documentos y esculturas que ayudan a comprender el concepto de aquel medio de comunicación. Cuenta también con una sala donde se puede aprender el Código Morse.
Sin duda el Museo del Telégrafo, aunque pequeño, es un recinto que vale la pena visitar. Es aquí donde se da a conocer la historia del artefacto comunicativo más importante del siglo pasado en nuestro país. La próxima vez que visites el MUNAL, no dudes en ingresar al Museo del Telégrafo por una experiencia sin igual.
Dirección: Calle Tacuba 8, Col. Centro. Entrada por el callejón Xicoténcatl.
Teléfono: 55 21 93 51.
Horarios: Todos los días de 10:00 A.M. a 5:30 P.M.
Entrada libre
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