Foto: aunamnoticias.blogspot.com
A más de un siglo de su existencia, el solemne Teatro de la Ciudad, Esperanza Iris, es considerado como uno de los recintos más bellos de la Ciudad de México; su arquitectura, diseño y funcionalidad certifican aquella peculiaridad.
María Esperanza Bonfil Ferrer Esperanza Iris, fue una de las más notables cantantes mexicanas del teatro que se hacía en la ciudad entre los años 10 y 20’s. Nombrada como la “Hija Predilecta de México”, incursionó en el cine, también, con dos películas. Al ser una de las embajadoras máximas de las artes escénicas en México, no tardó en mandar a construir un teatro que llevara su nombre.
Con la esperanza de mimetizar el diseño de la Gran Escala de Milán –pues como se sabe, los teatros a la italiana son los mejores en cuanto a distribución refiere–, inauguró al fin el Teatro de la Ciudad en el año 1918. Y fue tal su éxito que se llegó a consagrar como el teatro más importante de la ciudad y del país, acogiendo a un sin fin de grandes artistas nacionales e internacionales.
De aquella preciosa construcción a la italiana se adoptaron las columnas, balaustradas y frontones, y algunos motivos neoclásicos. La fachada, dividida en dos niveles, estaba acompañada de 5 puertas y algunas columnas de estilo corintio. En los extremos se construyeron un par de hermosas esculturas de cantera que, junto con las columnas de las entradas, otorgan elegancia a todo el complejo arquitectónico.
El Teatro de la Ciudad era de repente el sitio más sofisticado, cotizado y vistoso de la ciudad pero, a la muerte de su fundadora Iris, fue abandonado. Años más tarde, en los ochentas, sufrió un incendio que terminó con muchos d los apabullares detalles del inmueble pero con ayuda del gobierno de entonces se inició un proyecto de restauración que estuvo a cargo de la empresa Prado y Asociados. Así, durante el 2001 y 2002 se llevaron a cabo los trabajos de remodelación en tres etapas y en 2008 reabrió con el nombre de Esperanza Iris, y con ayuda de Conaculta –hoy la Secretaria de Cultura– se comenzaron a realizar no sólo obras de teatro, también conciertos nacionales e internacionales. Gracias a su grandiosa acústica es hoy uno de los mejores sitios para escuchar música de todo tipo, desde operas y presentaciones de música clásica, hasta el sonido experimental de bandas como Cocorosie o Spiritualized.
Dirección: Calle Donceles 36, Cuauhtémoc, Centro Histórico
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