En su momento, el filósofo francés Voltaire habló acerca de la importancia de cultivar nuestro propio jardín mediante el cuidado de la naturaleza, el conocimiento y el arte. Para él, la humanidad resultaba una especie de extrapolación del hogar que requería de atenciones a través de la razón humana, la ciencia, el arte y el respeto hacia cada ser vivo. Por lo que, decorar el espacio en el que habitamos como nuestro jardín, no sólo demostraría el respecto hacia la humanidad, también influirá en nuestro estado psicoemocional –y por tanto psicosomático– a corto, mediano y largo plazo.
Quizá este es el fundamento de Archivo Callejero, que utiliza el arte como una infinita extensión del espacio público con el fin de reunir la cultura urbana. A cargo de Mitsy Ferrant, directora del laboratorio Nosotros Somos Otros, este amplificador de cultura en la CDMX, pretende utilizar el internet como parte del jardín de la humanidad en el territorio mexicano.
Para ella comenzó como un proyecto meta-editorial que diseñó para producir contenidos relacionados con el arte en la ciudad, y a partir de ahí construir una comunidad que fuera capaz de unir a la humanidad en su totalidad. Es decir, transformar el individualismo en una selva de rascacielos, en una comunidad que procure el bienestar de cada miembro a través de la interconexión ambiental. Es como si tuviera el potencial de “servir como semillero de proyectos, enlazador de iniciativas, en una generación esencialmente urbana y digital.”
Es así que Ferrant ha decidido entablar un vínculo emocional colectivo mediante las necesidades del mundo moderno, las exigencias de la tecnología y medios de comunicación, y la ávida inmediatez de la información. Y de alguna manera, crear una red de apoyo entre individuos que buscan la colaboración, el consenso y la conciliación a través de ideas artísticas que buscan cambios en “nosotros los individuos, nuestras relaciones y nuestro entorno.”
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