Las calles de la Ciudad de México no sólo están llenas de millones de personas, automóviles y kilómetros de concreto, también son el hogar de una numerosa fauna exótica, y de plantas que tienen una historia larga y misteriosa; el legendario toloache es una de ellas.
El toloache es una planta originaria de México (crece, de manera silvestre, en varios lugares del país) que fue utilizada como planta medicinal y ritual por sus antiguos pobladores desde hace muchos siglos.
En realidad, los toloaches son un grupo de plantas, parte del género de las Daturas (Inoxia, Metel, Stramonium, Ferox, etcétera), que se caracteriza por tener unas flores alargadas, generalmente blancas, que emiten un olor desagradable; son, además, plantas hermanas de los floripondios, igualmente alucinógenos.
Esta planta ha sido cuidadosamente estudiada por científicos para establecer sus propiedades medicinales; dichos estudios han hecho evidente que se trata de una planta capaz de causar estados importantes de envenenamiento e intoxicación, por lo que se considera peligrosa. Es capaz de dañar la memoria a corto plazo, el sistema motriz y la capacidad neuronal; en dosis grandes la intoxicación que produce puede provocar la muerte.
En el México precolombino, los toloaches tenían diferentes usos, uno de ellos era como planta medicinal; se dice que entonces era utilizada por chamanes para aliviar dolores fuertes (utilizado en cantidades muy pequeñas por su toxicidad); también se hacían ungüentos y lociones con la planta para curar heridas de la piel. De hecho, uno de los principales componentes químicos del toloache, la escopolamina, se ha utilizado en medicamentos para el asma, la ansiedad y el Parkinson.
El toloache también fue utilizado por los antiguos chamanes de México como una planta ritual. Por sus propiedades alucinatorias, era usado en ceremonias, pues los estados que provoca permitían a los brujos y chamanes tener visiones del futuro y les daba capacidades adivinatorias. También ha sido utilizado por distintos grupos indígenas de México como planta mágica para influenciar el clima y como parte de rituales de paso de la adolescencia a la madurez, entre otras.
Algunos pueblos indígenas, hasta el día de hoy, ponen pequeñas cantidades de toloache en la comida y en el mezcal durante sus fiestas patronales o celebraciones especiales. Según ellos, la planta es capaz de mejorar las relaciones personales y la salud sexual. Quizá, por esta razón, el toloache es conocido popularmente como componente principal de hechizos y brujerías para provocar el enamoramiento.
Todos hemos escuchado sobre las propiedades que tiene el legendario toloache, conocido también como “planta del amor y la muerte”, para hacer que una persona se enamore loca y perdidamente de otra. Popularmente, se cree que una infusión de esta planta es capaz de hacer que un hombre pierda el juicio y caiga ante los coqueteos de una mujer.
Independientemente de su uso y los claros peligros que éste supone, las Daturas son plantas bellísimas, místicas y poderosas, habitantes del imaginario de los mexicanos desde hace muchos miles de años; son también un buen ejemplo de la importancia de mirar con cuidado aquello que nos rodea, de ser capaces de encontrar los discretos tesoros que crecen aún en la banquetas de la enorme Ciudad de México.
Twitter de la autora: @imissmaria
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